En esta temporada invernal aumentan los casos
de infecciones respiratorias, pero sólo alrededor de 15% requiere de un
antibiótico para curarse, la mayoría de los agentes infecciosos o virus que
requieren este tipo de medicamento, aseguró la investigadora en Ciencias
Médicas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Anahí Dresser Mansilla.
En entrevista, dijo que 75% de las
enfermedades respiratorias, como el resfriado común, influenza, bronquitis, tos
y la mayoría de las infecciones de garganta, no necesita antibióticos para
controlarse.
Dio a conocer que estos medicamentos se
utilizan para tratar la infección de garganta cuando se debe al estafilococo
betahemolítico, o combatir infecciones de oído en menores de dos meses de edad,
entre otros padecimientos, pero sólo el médico puede determinar si se requiere
o no.
Así por ejemplo, si alguien se enferma 10
veces al año sólo dos o tres de ellas requerirá de un antibiótico.
Mencionó que hay quienes ante la presencia de
síntomas gripales, de inmediato consumen el antibiótico que les quedó de un
episodio pasado y que les recetó el médico, lo que presenta un riesgo porque
puede ser que no lo necesiten, pero además lo toma en dosis inadecuadas y no
termina el tratamiento porque sólo tiene unas cuantas pastillas o cápsulas.
La especialista indicó que esa forma indebida
de tomar antibióticos puede ocasionar que las bacterias se vuelvan resistentes
al medicamento y la persona cuando realmente lo requiera ya no se cure. También
puede provocar reacciones adversas, desde diarrea o afecciones de la piel,
hasta choque anafiláctico.
Asimismo, hay un tipo de antibiótico como el
aminoglucósido, que causa daños graves en el oído, riñones y huesos en menores
de edad.
Por lo anterior, hizo un llamado a los padres
de familia a no dar ni ingerir el medicamento que les quedó de un episodio
pasado de enfermedad, porque aún cuando los síntomas sean parecidos, puede
tratarse de otro agente infeccioso y si el médico no lo recetó, se puede
complicar el cuadro.
De igual forma, añadió, es importante
concluir el tratamiento y acudir con el médico cada vez que se tengan problemas
respiratorios, porque no siempre se trata del mismo virus o bacteria, aun
cuando otra persona de la familia también esté enferma. Se detecta que una bacteria ya es resistente
al tratamiento si la persona con alguna infección renal o respiratoria toma el
medicamento de primera elección que le recetó el médico y no se cura.
“Quiere decir que el paciente se contagió con
un agente que ya era resistente porque la persona que lo infectó no tomó el
antibiótico de manera adecuada y desarrolló dentro de su organismo esas
bacterias resistentes”.
Finalmente, comentó que está en manos de
nosotros usarlos adecuadamente y no exigir al médico que lo recete si él
considera que no se requiere.

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