En México se diagnostican cada año 10 mil casos nuevos de esta enfermedad y el tabaquismo es el principal factor para su desarrollo
El cáncer de pulmón es una de las patologías más comunes y mortales. Se estima que en nuestro país se diagnostican cada año 10 mil casos nuevos de los cuales sólo el 1.2% son detectados de forma oportuna, informó Oscar Arrieta coordinador de la Clínica del Cáncer de Pulmón y Tórax, del Instituto Nacional de Cancerología (INCan).
Señaló que por su frecuencia el cáncer de pulmón se ubica en el octavo lugar entre los padecimientos oncológicos, pero ocupa el primer sitio de mortalidad.
Explicó que el principal factor para desarrollar esta enfermedad es el tabaquismo, hábito que en los últimos años ha mostrado un incremento en la población mexicana, al registrarse en 49.9% de hombres y 16.6% de mujeres.
Precisó que esta patología es una de las más agresivas, ya que de los 250 pacientes nuevos que atiende el instituto por esta enfermedad, el 90% fallece antes de los 18 meses.
Ante esta situación subrayó la importancia de hacer conciencia entre la población, sobre todo entre los jóvenes, del daño que ocasiona el tabaco al organismo, ya que el cáncer de pulmón se puede prevenir hasta en 80% de los casos. Al exponer el panorama de esta enfermedad a nivel mundial, indicó que cada año se diagnostican alrededor de 1.6 millones de casos, de ellos 1.4 millones morirán a causa de la enfermedad.
Es así, agregó, como el cáncer de pulmón es responsable de 30% del total de los fallecimientos oncológicosen el mundo. Mencionó que el INCan cuenta con una Clínica Para dejar de Fumar, en la cual trabaja un grupo multidisciplinario que brinda ayuda profesional a todas aquellas personas que desean dejar de fumar.
El tratamiento consta de dos fases, la primera es la realización de una entrevista psicológica, con el objetivo de valorar la condición del fumador y la motivación para dejar de fumar y la realización de estudios médicos como radiografía de tórax, electrocardiograma, espirometría, química sanguínea, pruebas de función hepática, biometría hemática completa y perfil de lípidos. La segunda etapa incluye un tratamiento de 10 sesiones grupales a través de un programa cognitivo-conductual, que tiene como objetivo ayudar a reestructurar los pensamientos, emociones y conductas del fumador, con el fin de que desarrolle habilidades psicológicas para dejar el hábito.
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