Por: Héctor Ramos
El problema podría considerarse un “mal silencioso”, ya que está tan a la vista de todos que parece no suceder nada. Basta con viajar a la Ciudad Universitaria en el Distrito Federal y llegar a la Facultad de Filosofía y Letras para encontrar un auditorio en el que desde el año 2000 se dejó de utilizar con fines educativos.
Más tarde se pueden visitar las instalaciones de las Facultades de Derecho y Economía y se encontrará con que hay salones con puertas cerradas bajo llave, cuyas superficies están pintarrajeadas con motivos huelguistas y subversivos.
Esta constante la podemos apreciar con mayor claridad en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, en donde además de los salones clausurados (al menos se contaron 9 aulas), la tapia principal de la Biblioteca Isidro Fabela también está pintarrajeada.
“Rebeldía”, “Revolución”, “¡No a la represión!”, son algunas de las consignas que se pueden leer en las paredes de casi cualquier facultad del campus CU, sin embargo lo que sigilosamente se guarda detrás de esas puertas son los productos y artículos que se comercializan de manera informal en la UNAM.
El 22 de septiembre del año pasado se celebró la primera centuria desde que el Subsecretario de Justicia e Instrucción Pública, Justo Sierra Méndez fundara la Universidad Nacional Autónoma de México en 1910. Paradójicamente, el Auditorio que de manera oficial lleva su nombre, hoy en día es denominado como Che-Guevara y además cumplirá 11 años de estar ocupado para distintas actividades no reguladas por las autoridades de la UNAM.
Perspectiva y dimensión del problema
Únicamente en el Distrito Federal y el área Metropolitana, existen nueve planteles de la Escuela Nacional Preparatoria, cinco unidades del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), y cinco Facultades de Estudios Superiores, además del Campus de Ciudad Universitaria.
Si tomamos en cuenta de que en cada uno de estos planteles hay aulas o espacios que ya no se utilizan para la enseñanza, “no creo exagerar cuando digo que si juntáramos el total de espacios enajenados a la Universidad, podríamos tener una pequeña Escuela Nacional de Activismo Parasitario”, comenta El Jefe a Brake Over.
“El Auditorio Justo Sierra o cualquier espacio enajenado por la fuerza, puede ser un problema serio para la UNAM, pues para las nuevas generaciones está siendo algo normal el allanamiento de los inmuebles”, agregó.
El Jefe, es el pseudónimo que utiliza el entrevistado para firmar en el espacio virtual www.cheguevara-justosierra.blogspot.com, blog que al día de hoy (26 de abril de 2011), señala que desde el inicio de la huelga de 1999 han pasado 10 años, 7 meses y 22 días.
Este blog fue creado y nutrido por Universitarios de Excelencia, aunque en un principio las únicas firmas eran: Namasté, El Jefe y su Fundador Ivo Basay.
“El objetivo principal por el que tuve la iniciativa de crear el blog fue para romper el silencio que había y que hay frente a un tema que ha afectado a la Facultad de Filosofía y Letras y a la UNAM desde hace mucho tiempo. Una vez que www.cheguevara-justosierra.blogspot.com se puso en línea se hizo público algo que ya se venía comentando de boca en boca entre los miembros de la comunidad universitaria: que ya era y es tiempo de que se ponga una solución al problema”, comenta Ivo Basay a Brake Over.
- ¿Por qué usar pseudónimos y no identificarse con sus nombres? – pregunta Brake Over a los bloggers.
“Lo que no queríamos y no queremos es que se piense que estamos buscando algún tipo de beneficio al implementar esta iniciativa. Con el uso de pseudónimos se ha logrado la voz uniforme de la comunidad universitaria, así las cosas son transparentes”, coincidieron Ivo Basay y El Jefe.
Al momento presente, el blog www.cheguevara-justosierra.blogspot.com tiene casi 16 mil visitas, cuenta con nuevas plumas y tiene un vasto acervo de contenidos que argumentan el por qué las autoridades de la UNAM deberían tomar cartas en el asunto.
El trasfondo del mensaje
En la entrada de la Facultad de Derecho está erguida un águila que es el emblema de los estudiantes de esta licenciatura. Independientemente de cualquier postura ideológica es un patrimonio que pertenece a la UNAM. Tras la “tradicional” marcha del 2 de Octubre del 2010, éste monumento fue grafiteado y tirado al suelo. Los autores de estos actos vandálicos huyeron y hasta la fecha no hay noticia de que se tenga identificados a los responsables.
“El mensaje que las pintas ostentan es el mismo de siempre, un activismo escudado en una ´apelación a la virtud´ pero que incurre en arbitrariedad igual a la que pretende criticar, pues destruir propiedad privada no restituye nada respecto a los eventos de 1968. No resuelve ninguna injusticia y si afecta a la comunidad universitaria en su patrimonio”, dicen los blogers.
“Más allá de lo que dicen las pintas y grafitis sobre cualquier inmueble de la UNAM, lo que debe preocuparnos es la impunidad con la que se conducen sus autores, pues atrás de consignas como: "2 de Octubre no se olvida", o "Viva la Universidad pública y gratuita", el mensaje central es “Podemos hacer lo que queramos y nadie nos puede tocar”, concluyen los entrevistados.
Un polvorín
De acuerdo con lo publicado en La Jornada el 10 de junio de 2009, el Doctor José Narro Robles estudia la manera de recuperar el Auditorio Justo Sierra para reincorporarlo a las actividades culturales de la Máxima Casa de Estudios.
Cabe destacar que desde que fue allanado el inmueble, las actividades académicas se dejaron de realizar ahí, por ejemplo: los estudiantes de la Licenciatura de Artes Dramáticas no cuentan con ese espacio para ensayar sus puestas en escena.
En cambio, lo que sí se puede encontrar como actividades recreativas y educativas, son conciertos, talleres y un comedor vegetariano, los cuales son administrados únicamente por quienes han allanado la instalación.
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