Lo que hacen los profesionistas en sus momentos de ocio |
El 10% de los profesionistas en México padece aburrimiento, desinterés e infraexigencia por estar sobrecalificados en el trabajo que realizan, de acuerdo a Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial (GMSI).
“Simular que uno trabaja cuando no se tiene nada que hacer genera más estrés que la sobrecarga laboral y remite al síndrome de Boreout que desencadena depresiones graves y es más común en las oficinas que en otros ámbitos laborales” refiere Alejandro Desfassiaux, Presidente de la firma líder de seguridad privada.
De acuerdo a GMSI, cuando el trabajo no ofrece retos ni desafía la inteligencia de quien ejerce determinada función, se comienza a caer en gran apatía e desinterés. Así, se opta por buscar distractores de tiempo como recurrir a Internet para chatear (58 por ciento de los empleados); bajar música (57%); actualizar o visitar redes sociales (48%); escribir correos electrónicos con mensajes familiares o sociales (38%); bajar imágenes (27%); oír música (26%); ver videos musicales (20%); jugar online (10%); y/o bajar videos musicales (10%).
El promedio de horas “muertas” por Boreout en las oficinas mexicanas es de dos al día, lo que representa 40 horas inactivas al mes y genera un comportamiento extraño: quienes lo padecen suelen permanecer horas extras o postergar vacaciones para “resarcir” la culpa por inactividad. Es común que quienes sufren de este síndrome se muestren “muy ocupados” dando vueltas por la oficina con documentos en blanco e incluso suelen llevarse trabajo a casa.
“Cuando alguien no puede realizar su trabajo en el tiempo estipulado es un indicador de que algo anda mal: o no está calificado para realizar esa labor o el trabajo se encuentra por debajo de sus capacidades”, define Desfassiaux.
El síndrome de Boreout o apatía consistente no sólo lesiona al empleado que lo padece al generarle aversión al trabajo y desencadenar múltiples daños psicosomáticos, sino que implican múltiples gastos a la empresa por permanecer más horas que las planeadas en el lugar laboral y generar un mal ambiente donde priva la apatía y pereza y hay empleados de deambulan de un lado a otro interrumpiendo a los demás.
“No se han cuantificado los costos de este síndrome en el trabajo, pero tiene una incidencia de al menos 8% en el atraso de proyectos cruciales, se relaciona con la nula presentación de nuevos planes productivos y se identifica con continuos frenos al cumplimiento de las metas de ventas o producción, por ejemplo. Es uno de los ladrones fantasma en la oficina”, comenta Desfassiaux.
Cuatro o más de las siguientes señales identifican a los trabajadores que padecen Boreout:
1. Está privado por completo de las tareas del trabajo.
2. Se siente poco motivado o aburrido.
3. Continuamente finge estar ocupado.
4. Está cansado y apático después del trabajo a pesar de que no experimentó estrés en la oficina.
5. Está insatisfecho con su trabajo.
6. No le encuentras sentido a su trabajo.
7. Podría completar su trabajo más rápido de lo que lo hace.
8. Tiene miedo a que por su situación laboral le bajen el sueldo.
9. Envía correos electrónicos a sus colegas durante las horas de trabajo.
10. Tiene poco o ningún interés en su trabajo.
Quien padece Boreout “contagia” a sus colegas de trabajo, quienes de manera inconsciente se suman paulatinamente a las manifestaciones de aburrimiento o desinterés.
“El síndrome es común en empresas que tienen nula o poca capacidad de supervisión, no se alienta la creatividad laboral o se desconoce la delegación. Curiosamente, se observa que después de los ilícitos internos tiende a crecer el fenómeno de pereza generalizada en el personal. De alguna manera lo relacionamos con la ética presentada en la empresa”, menciona Desfassiaux.
En términos generales, el síndrome lo padecen tres hombres por cada mujer, la edad más común es de 18 a 25 años y las profesiones más propensas a padecerlo son las eminentemente creativas pero restringidas a trabajos rutinarios como abogacía, periodismo, arquitectura, arte y similares.
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