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Miembros de AnimaNaturalis y otras organizaciones repartieron folletos informativos durante dos días en la entrada de uno de los circos más famosos de México: el circo Hermanos Vázquez. |

Las familias que se acercaban pudieron constatarlo, porque en la parte trasera las imágenes hablaban por sí mismas: Un camello estaba atado de la cabeza, sin cadena suficiente para poder levantarse; o bien, acostarse y descansar el cuello; un mandril chillaba dentro de su pequeña jaula y no paraba de brincar, también tenía una cadena en el cuello; las llamas y ponys estaban sucios y acalorados, una cebra estaba amarrada sin poder acostarse. Todos los animales estaban abochornados sobre el caliente suelo de concreto.
Al público se le invitaba a ver a los animales a la luz del día, sin luces y sin la “magia” del circo, para que notara el maltrato y la explotación que ejercen sobre ellos los interesados en ese cruel negocio. Asimismo, se les invitó a asistir a verdaderos espectáculos, libres de crueldad, donde todos se divierten y no se fomenta la violencia hacia los animales.
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