A los ocho años se fue a vivir con su abuelo paterno,
ejecutante de la chirimía (instrumento musical de viento-madera). Al morir
esté, tomó la chirimía que estaba en el altar y empezó a tocarla. Tiempo
después, mayordomos de la fiesta de San Pedro Mártir y San Marcos le proponen
que siga con las tradiciones de su abuelo, y así lo hizo, siendo el único
chirimitero que toca en la actualidad. Su nombre es Ubaldino Villatoro y junto
con Luis Hernández, Cirilo Meza y Horacio Franco interpreta las canciones del
disco Lienzos de viento, que este jueves fue presentado en el patio central de
la Fonoteca Nacional.
En el evento, estuvieron presentes Álvaro Hegewisch,
director general de la Fonoteca Nacional; Miriam Morales, directora general de
Culturas Populares del Conaculta; Aurora Oliva y Fernando Híjar, productores
del disco y los músicos Izáis Villatoro, Romelia Villatoro, Erasmo Méndez
(tambores), Ubaldino Villatoro (chirimías y marimba de un solo teclado),
Abelardo Villatoro (marimba de un solo teclado), Cirilo Meza (violín-tambor),
Luis Hernández (flauta) y Horacio Franco (flautas).
Minutos antes de iniciar la presentación, se proyectó un
documental que explicaba cómo se desarrolló la producción del disco, los retos
a los que se enfrentaron en las grabaciones y lo que el público encontrará al
escucharlo.
Durante el evento, Álvaro Hegewisch comentó que para la
Fonoteca Nacional era un honor poder presentar el disco, porque con eventos
como este, la institución que representa, cumple con una de sus principales
misiones: “generar una educación en el escucha y poner el alcance de todos los
mexicanos las grandes músicas y los grandes intérpretes del país”.
Y añadió que este disco es un diálogo de nuestra cultura
y de las grandes tradiciones de la memoria milenaria, “resultado de un trabajo
que duró varios meses, que realizaron estos artistas en Chiapas y que ha
generado esta producción discográfica que no solamente es una producción, sino
el fruto de un trabajo de diálogo intercultural entre distintos tiempos e historias
musicales que se ven reflejadas y grabadas en este maravilloso disco lleno de
sonidos realizados por grandes intérpretes mexicanos”.
Aurora Oliva, detalló que el objetivo principal del disco
es demostrar “que no hay culturas musicales mejores que otras. Que no hay
música mala, buena o inferior”.
Explicó que el disco es un diálogo intramusical,
intercultural que conjunta la música zoque, la música mam, la música de la
cultura occidental, “en este caso la medieval y la barroca con destellos de
música japonesa y africana, con fragmentos de música académica y de
compositores mexicanos contemporáneos que se entrelazan y dialogan entre sí”.
Durante su participación, el flautista Horacio Franco
comentó que con este disco se busca mostrar la sensibilidad humana “a través de
la música, que es el lenguaje artístico más entrañable que tenemos en el
corazón desde que somos fetos y eso nos hace seres humanos musicales por
naturaleza”.
En la presentación, los músicos acompañados de Horacio
Franco, ofrecieron un concierto cuyo repertorio fueron 20 sones improvisados,
en donde los sonidos de las flautas, chirimías, la marimba, el violín y los
tambores se mezclaron para crear atmósferas sonoras que transportaron al
público en un instante hasta Chiapas.
Al concluir el concierto, en entrevista, Franco reveló
que para él este disco es un acercamiento a la manera de pensar indígena
mexicana y que en este sentido, estás composiciones son lo más parecido a lo
que podemos percibir de la música prehispánica.
“Gracias a este esfuerzo pude realmente acercarme a esta
idiosincrasia. El disco no es más que un acercamiento intercultural de dos
maneras de pensar muy diferentes con personas que no tenemos nada que ver y que
me hace valorar nuestras raíces indígenas mexicanas”.
Finalmente comentó que su participación en el disco fue
como el de un intruso, porque tocaba sobre lo que los músicos en ese instante
estaban interpretando.
“Tocaba a partir
de lo que ellos hacían y a partir de eso me inspire para hacer música
contemporánea, improvisaciones libres con ellos o hacerles un contrapunto a sus
canciones o sones.
“En este sentido, es un disco libre de prejuicios, sin
ningún plan previsto. Ellos tocaban y yo sólo improvisaba, de tal suerte que en
ocasiones no interpretaban las canciones que me decían sino otras que eran más
espontáneas y de forma más profesional que las que hacen muchos músicos que
conozco alrededor del mundo”.
Lienzos de viento está integrado por 16 canciones;
Novillo Despuntado, Diálogo entre flautas, Istampita Isabella, Weya weyá,
Mañanita, Mazorca, Morral, San Pedro Verona, Diálogo entre chirimía y flauta,
Pieza Africana, Pieza Mam, Zapateado, El Armadillo, Lienzos sonoros, Sacramento
y Dialogo tres aerófonos, que son interpretadas por Luis Hernández (flauta),
Cirilo Meza (violín y tambor), Ubaldino Villatoro (chirimías y marimba) y
Horacio Franco (flautas).

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