Del total de madres solas con hijos/as, el 35
por ciento recibe algún tipo de transferencia (en el caso de las madres
solteras este porcentaje es del 25%). Las transferencias provienen de programas
sociales o becas gubernamentales (625 mil
madres solas beneficiadas); donaciones o apoyos de otros hogares (975
mil reciben ayuda de este tipo), lo que representa el 18 por ciento, pero entre
las mujeres que nunca han estado unidas (solteras) el porcentaje es de 12 por
ciento.
El 40 por ciento de las jefas de hogar tiene
estudios más allá de la educación básica. En cuanto a los servicios a su
vivienda, todavía persisten algunas carencias: el cinco por ciento tiene piso
de tierra, el uno por ciento carece de luz y un nueve por ciento no tiene agua
entubada. Esto último implica usar tiempo para el acarreo.
En cuanto al equipamiento de sus viviendas,
la mitad no tiene ni lavadora ni teléfono y un 16 por ciento no cuenta con
refrigeradores. Esto es importante porque carecer de ellos les implica utilizar
más tiempo en el trabajo no remunerado del hogar, dejando poco tiempo para
involucrarse en el mercado laboral y con ello limitan sus posibilidades de
mejorar su situación económica.
En este contexto adquiere especial relevancia
el Programa de Estancias Infantiles, que ha contado con una inversión de más de
100 mil millones de pesos. Con estos recursos se atiende a casi 800 mil menores,
beneficiando así a más de 500 mil madres trabajadoras. En cinco años se han
hecho nueve mil estancias infantiles, casi el doble de lo que se hizo en
cincuenta años.

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