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| La compañía Foramen M lleva al Centro Nacional de las Artes del Conaculta una propuesta dancística que a cosechado aplausos en otras ciudades del país. |
En algún momento, Beatriz Madrid se puso a
pensar en los monjes rebeldes del siglo XII y XIII que llegaban en las noches a
las tabernas y escribían poemas profanos. Se preguntó sobre aquellas mujeres de
la época que eran vistas a través del visillo de la puerta como doncellas, y
que despertaban el deseo.
Es así como la coreógrafa concibió su
propuesta Carmina Burana, que por segunda ocasión se presenta en la Ciudad de
México, esta vez en el Teatro de las Artes del Cenart. Interpretada por su
compañía Fóramen M, se trata de una coreografía que ha tenido éxito desde su
estreno en 2010, en el Teatro Campo de Cuernavaca, además de Oaxaca, Ciudad de
México y Durango.
Carmina Burana es una selección de 21 cantos
goliardos, de los 24 encontrados en el siglo XX, obra de Carl Orff, en 1936,
que datan del siglo XII y XIII. Los cantos goliardos, comenta Madrid en
entrevista, “son poemas escritos por monjes rebeldes que se iban a las tabernas
en las noches, así que no hacían poemas a Dios sino poemas profanos. Y en esta
poesía profana le hacía poemas a la luna,
a lo endeble del ser humano; le escribían al deseo.
Por ejemplo, en el poema In Trutina, se habla
de dejarse abandonar por el deseo, o quedarte como recatado. Entonces escribían
toda esta contradicción humana, porque además tenían acceso a la literatura.
Pero eran monjes rebeldes, que se iban a las tabernas a cantarle a la vida.”
Sobre su propuesta, Beatriz comenta que ha
gustado mucho porque es diferente a otras obras que se han hecho de Carmina
Burana, ya que además de ser multimedia, presenta una mirada femenina. En ella
vemos a una mujer en una tina, cómo va descubriendo su cuerpo, y cómo va
descubriendo su sexualidad. “No sabe si se abandona a ella o si decide quedarse virgen”.
En esta obra la directora del Fóramen hace un
giro de tuerca y muestra a la mujer como protagonista: “ella se sabe observada,
se sabe provocadora de estos deseos”, dice. “La verdad es que la gente aplaude
de pie porque la obra la va llevando por muchas imágenes. Donde está el video,
está el agua; como que hay muchas imágenes que si son muy femeninas y que
tienen mucha fuerza. Bueno es un homenaje a nosotras.”
La coreógrafa menciona tres importantes
razones por las que el público tiene que ver Carmina Burana: “Una, es porque un
acto escénico sucede solamente una vez. Es ese momento con otro ser humano que
no es un vídeo, o una película que le puede dar igual. Ese es el ser humano,
entrenado, maravilloso, que está entregando lo mejor de sí”.
Otra razón es porque la artista piensa que el
espectador experimentará un viaje, que para ella es sonoro. “Tienen que ir a
ver una obra vital, intensa, de danza
física emotiva y que tiene una gran gama de imágenes poéticas”.
Y también porque, asegura, el artista hace
una obra para el ser humano. “No tanto para que le guste o no le guste, sino
para que tenga una experiencia en la que se llene de entusiasmo por la vida.
Creo que es una obra de danza contemporánea donde no para la imaginación.”
En Carmina Burana participan Alejandro Aparicio, Diego Basantes, Beatriz Dávila, Areli Marmolejo, Hugo Molina, Gerardo Sánchez y Mariana García. Se presenta en el Centro Nacional de las Artes (Río Churubusco 79 esq. Calzada de Tlalpan col. Country Club) el sábado 13 de octubre, a las 19:00 horas, y el domingo 14, a las 18:00 horas. Costo $150 y $100. Más información en www.cenart.gob.mx

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