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| La intervención quirúrgica se realiza en pacientes que padecen sarcoma de tejidos blandos en las extremidades. Anteriormente, la única alternativa era la amputación del brazo o la pierna |
Se estima que en México, cada año hay
alrededor de dos mil pacientes que desarrollan sarcomas de tejidos blandos, un
tipo de cáncer que en 60% de los casos se localiza cerca de las extremidades,
aunque también aparece en el tórax, abdomen, cabeza y cuello.
Se sospecha de esta enfermedad cuando se
forma una protuberancia alrededor del brazo o la pierna, pero en fases
tempranas los síntomas son inciertos, y los pacientes generalmente llegan al
hospital hasta que el tumor se encuentra en fase avanzada, y para controlar o
curar este cáncer, se recurre en ocasiones a la amputación de la extremidad.
Sin embargo, especialistas del Instituto
Nacional de Cancerología (INCAN) y del Hospital Regional de Alta Especialidad
del Bajío, ambos de la Secretaría de Salud, realizan una técnica quirúrgica
capaz de extirpar el tumor canceroso sin poner en riesgo la extremidad del
paciente, lo que retrasa o evita la discapacidad en adultos en edad productiva.
Este método de tratamiento llamado Perfusión
Aislada de la Extremidad, es una de las estrategias más efectivas y seguras
para retrasar o evitar la pérdida del brazo o la pierna en pacientes con
sarcomas irresecables.
El procedimiento quirúrgico es de alta
especialización y consiste en “aislar”
la circulación sanguínea de la extremidad donde se encuentra el tumor
del resto del cuerpo, para poder aplicar un agente biotecnológico conocido como
Factor de Necrosis Tumoral y altas dosis de quimioterapia. De esta manera se
reduce el tamaño del tumor, facilita su extracción en una segunda cirugía y se
salva la extremidad involucrada.
Esta técnica quirúrgica de aplicación del
Factor de Necrosis Tumoral por medio de la Perfusión Aislada de la Extremidad
ha permitido preservar la extremidad en 84% de los pacientes, cuando
anteriormente la única opción era la amputación, por lo que es un procedimiento
que evita la incapacidad física y la mutilación, mejora la calidad de vida y
que el paciente sea económica y socialmente activo.
Luis Alberto Tavares de la Paz, cirujano
oncólogo adscrito al Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío (HRAEB),
comentó que este procedimiento quirúrgico requiere de médicos cirujanos
oncólogos entrenados e infraestructura quirúrgica de primer nivel.

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