El Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) hace un
llamado a tomar en cuenta este enfoque en la implementación de políticas
públicas, estrategias de prevención y programas de atención de consumo de
drogas para que sean diseñados e implementados en función de las necesidades
particulares de mujeres y hombres.
El consumo de drogas es un reto sumamente importante para
México. La utilización de sustancias adictivas, tanto legales como ilegales,
constituye un asunto primordial de salud pública y esta cuestión, como todas
las que involucran procesos sociales, presenta aspectos diferenciados para
mujeres y hombres.
Es cierto que las mujeres han conquistado una gran
variedad de espacios y que su participación en la vida pública ha aumentado,
pero todavía existen muchos estereotipos y desventajas para ellas. Los roles
que se les han asignado en nuestra cultura señalan que deben ser delicadas,
altruistas, hogareñas, y que han de ser las encargadas de educar a hijas e
hijos y mantener las relaciones familiares. Por estas razones, socialmente se
rechaza y se sanciona en mayor medida que ellas beban o consuman drogas.
Esto ocasiona que las mujeres no busquen tratamiento
cuando tienen una adicción, pues temen ser señaladas o menospreciadas por parte
de su pareja, familia o comunidad. Ellas sufren mayores dificultades que los
hombres al enfrentar censura, discriminación, rompimiento de vínculos, falta de
apoyo y de atención.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de
Adicciones (ENA) 2011, 71.3 por ciento de la población entre 12 y 65 años ha
consumido alcohol alguna vez en su vida, es decir por lo menos una copa
completa. Por sexo, es mayor en los hombres (80.6%) que en mujeres (60.6%).
Se detalla que 64.9 por ciento y 43.3 por ciento de los
hombres y mujeres que consumieron alcohol mencionó que lo hizo por primera vez
a los 17 años o menos. El 46.1 por ciento de las mujeres y 33 por ciento de los
hombres comenzó a beber entre los 18 y 25 años.
En tanto, 1.8 por ciento de la población total ha
consumido cualquier tipo de droga médica o ilegal (3% en hombres y 0.7% en
mujeres).
La conmemoración del Día Internacional de la Lucha contra
el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, este 26 de junio, proporciona
la ocasión de reflexionar sobre las condiciones y características específicas
de mujeres y hombres en relación con la utilización de sustancias tóxicas,
factores de riesgo, patrones de consumo, consecuencias físicas y psicológicas,
así como maneras de abordar el problema.
Destacan varios hechos: las mujeres presentan daños en la
salud en menor tiempo y con menor consumo que los hombres, desarrollan abuso y
dependencia más rápidamente, requieren mayor cantidad de droga para sentir los
mismos efectos cuando se encuentran en su período menstrual y son más vulnerables
a sufrir daños en el cerebro y enfermedades hepáticas.
Según la ENA, 18.4 por ciento de las personas que tienen
dependencia a drogas asiste a tratamiento (19.8% hombres y 8.9% mujeres).
Adicionalmente, el uso de drogas está asociado a un mayor
riesgo de ser víctimas de violencia y tener relaciones sexuales sin protección
y, por lo tanto, de tener un embarazo no deseado o adquirir una infección de
transmisión sexual. Asimismo, quienes usan drogas inyectables poseen un riesgo
mayor de adquirir VIH.
Aunque el alcohol es una droga cuyo consumo es legal, es
relevante mencionar que las mujeres se intoxican más pronto y con una dosis
menor en comparación con los hombres, ya que su organismo tiene más grasa,
menos agua y menor cantidad de las enzimas que ayudan a que el alcohol salga
del cuerpo.

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