En entrevista dijo que
de acuerdo con estudios realizados en mujeres alcohólicas embarazadas, los
bebés que nacen con este problema llamado síndrome alcohólico del feto tienen
malformaciones, restricción del crecimiento y alteraciones del neurodesarrollo
desde el nacimiento hasta la vida adulta, algunas de las cuales son difíciles
de diagnosticar.
Por ejemplo, comentó, el menor no gatea, no
camina o no levanta la cabeza a la edad que debe hacerlo, tiene dificultad de
aprendizaje o convulsiones, y en la edad adulta sufre trastornos psicológicos o
psiquiátricos como ansiedad, problemas de interacción social y neurosis.
Los defectos estructurales pueden ser la
cabeza pequeña por falta de desarrollo del sistema nervioso central
(microcefalia), ojos pequeños, formación inadecuada de la parte media de la cara
(hipoplasia mediofacial), inexpresión en el rostro, cardiopatías, alteraciones
esqueléticas, entre otros.
En la etapa de desarrollo intrauterino
algunos bebés tienen menor crecimiento y aumento de peso de lo normal, es decir
sólo suben 150 gramos por semana en lugar de los 200 recomendados, y se
interrumpe su desarrollo a los cuatro o cinco meses de gestación, se le termina
el líquido amniótico y está en riesgo de morir.
Para evitar que fallezca, añadió, el
especialista decide adelantar su nacimiento, sin embargo los daños neurológicos
y estructurales pueden persistir, por lo que no siempre sobreviven.
Hasta el momento se desconoce la cantidad
mínima de bebidas alcohólicas que se puede consumir sin que cause daño a los
recién nacidos. Estudios en laboratorio en animales muestran que en algunos
casos se presentan las alteraciones con sólo ingerir una o dos copas durante
esta etapa, en otros, en cambio, no ocurren daños aun con la ingesta diaria.
“Se cree que hay otros factores en cada mujer
que aumentan la predisposición a desarrollar el síndrome, no nada más las
bebidas alcohólicas, de ahí que los médicos definitivamente recomendamos que se
evite por completo estas bebidas durante el embarazo”, puntualizó.
La especialista precisó que los bebés nacidos
en este Instituto que presentan restricción del crecimiento por cualquier
causa, se les da seguimiento integral para detectar las alteraciones del
neurodesarrollo y, de ser necesario, se refieren a otra institución de alta
especialidad.
En México, la proporción de consumidores de
bebidas alcohólicas es de tres o cuatro hombres por mujer, y las féminas que
más beben tienen entre 18 y 40 años de edad, que es la etapa reproductiva.
Comentó que no se ha comprobado si el
alcoholismo en los padres de familia se transmite genéticamente y aumenta el
riesgo de que el bebé sea alcohólico durante la adolescencia o edad adulta, o
sólo influyen los factores ambientales.
Finalmente, recomendó a las mujeres que
desean o planean tener un bebé, realizarse diferentes estudios seis meses antes
de embarazarse, tomar ácido fólico y evitar las bebidas alcohólicas.
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