Lejos de ser una leyenda urbana te presentamos tres historias de terror que le pueden ocurrir a cualquiera.
Pagará deuda de 240 mil pesos
Un amigo fue al gimnasio y dejo todas sus pertenencias dentro de su casillero. Después del entrenamiento y una ducha, él salió y vio el candado de su casillero abierto y pensó, 'que curioso, yo pensé que lo había cerrado' El se vistió y simplemente reviso la cartera para asegurarse que todos estaban en orden. Todo parecía bien, todas las tarjetas estaban en su lugar y no faltaba dinero.
Después de unas semanas, cuando recibió el estado de cuenta de una de sus tarjetas de crédito, venían cargos por ¡240,000 pesos!
Llamó al teléfono de aclaraciones del banco y empezó a reclamarles que el no había realizado las transacciones. El personal del banco verificó que no había ningún Error en el sistema y le preguntó algunos datos de su tarjeta.
Pero entonces, cuando el sacó su tarjeta comprendió todo; esa no era su tarjeta, en su lugar, encontró una tarjeta de crédito ya expirada del mismo banco.
El ladrón irrumpió en su casillero en el gimnasio y cambió las tarjetas. El banco emisor de la tarjeta de crédito dijo que al no haber denunciado el robo, no se podía hacer nada, ya que las compras se habían hecho hacia bastante tiempo y él tendría que pagar esa cantidad.
¿Por qué el banco no hizo alguna llamada o verifico al tener esos consumos tan grandes? Porque se hicieron bastantes compras pero de cantidades pequeñas y eso raramente llama la atención de las compañías o tiendas que reciben las tarjetas, y al sumarse los consumos, dieron esa cantidad. ¡Él tuvo que pagar por algo que no tiene!
La mesera siniestra
Un hombre en un restaurante paga por su comida con su tarjeta del crédito. Le entregaron el recibo y él lo firmó, la camarera doblo el recibo y puso la tarjeta de crédito dentro de el. Normalmente, el lo tomaría simplemente y lo pondría en su cartera o bolsillo, sin embargo, el echó una mirada sin querer y descubrió que era una tarjeta del mismo banco pero de otra persona, ya expirada.
Llamó a la camarera y parecía nerviosa. Ella tomo la tarjeta, se disculpó y fue rápido hacia el cajero bajo la mirada atenta del hombre. Todo lo que la camarera hizo al llegar con el cajero, fue entregarle la tarjeta expirada y el, sin ninguna palabra de por medio, la tomó,
la dejó bajo el mostrador y le entregó la tarjeta original del cliente.
¡Ningún intercambio de palabras; nada! Ella la tomó y regresó al hombre solo con una disculpa. Asegúrese siempre que la tarjeta que pone en su cartera es suya. Revise, siempre que firme por algo, que la tarjeta que le devuelven es la suya, aún cuando haya estado lejos de usted por un corto tiempo. Muchas personas apenas reciben la tarjeta de regreso y la guardan asumiendo que es la suya.
¡POR SU PROPIO BIEN, DESARROLLE EL HÁBITO DE VERIFICAR SU TARJETA DE CRÉDITO CADA VEZ QUE LE HA SIDO DEVUELTA DESPUÉS DE UNA TRANSACCIÓN!
La pizza asesina
Ayer entré en una pizzería para recoger una orden que había hecho por teléfono. Pagué usando mi Tarjeta de débito de Visa, que claro, carga directamente a mi cuenta corriente. El joven detrás del mostrador, tomó mi tarjeta, la deslizo por el aparato y la puso bajo el mostrador mientras esperaba la respuesta de aprobación, que es el procedimiento normal.
Mientras tanto, tomó su teléfono celular y comenzó a marcar. Noté que su teléfono era del mismo modelo que el que yo tengo, pero nada parecía fuera de lo normal. Entonces, escuche el 'clic' que se escucha en mi teléfono al tomar una foto.
Él me devolvió entonces mi tarjeta, pero mantuvo el teléfono en su mano y continuo apretando los botones. Entretanto, yo me quede pensando y preguntándome a que le había sacado una foto. Discretamente mire bajo el mostrador y no había nada; me di cuenta que lo único que estuvo en ese lugar, fue mi tarjeta de crédito y puse atención a lo que el seguía haciendo. Él puso su teléfono en el mostrador e inmediatamente después, se escuchó el sonido que indica que el mensaje multimedia ha sido enviado.
Ahora me parece mas claro; estoy seguro que este muchacho sacó una foto de mi tarjeta de crédito y se la envió a alguien. Inmediatamente cancelé esa tarjeta al salir de la pizzería.
Días después, me llamaron del banco para decirme que alguien estaba tratando de hacer transacciones vía Internet con mi cuenta. ¿Que hubiera pasado si yo no tuviera un teléfono igual al suyo? Nunca me habría dado cuenta de lo que hizo.
Siempre que usted use sus tarjetas, tome precauciones y no sea descuidado; estas son solo algunas de las formas de hacer fraude con tarjetas de crédito. Yo ya he sido una víctima de fraude y créame; no es divertido. La verdad es que ellos no pueden hacer nada si usted tiene cuidado, pero no lo haga fácil para ellos. (Fuente: un mail con valores cívicos)
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