Los datos proceden de uno de los estudios más extensos y de mayor duración realizados en el mundo con un inhibidor de la aromatasa (IA) como tratamiento adyuvante de mujeres posmenopáusicas con cáncer de mama precoz.
Uno de los momentos más desoladores para las mujeres que han vivido la batalla de lucha contra el cáncer de mama, es volver a escuchar las palabras de su oncólogo diciéndoles que el cáncer nuevamente regresó, este riesgo a largo plazo se mantiene durante al menos 15 años.
De acuerdo a los especialistas, en algunos casos a pesar del tratamiento que se da contra el cáncer de mama, existe una pequeña cantidad de células que escapa a la destrucción y que además por su tamaño, no pueden ser detectadas en estudios radiológicos, por lo que al paso del tiempo se desarrollan, hasta que logran ser detectadas por los rayos X.
El cáncer cuando regresa generalmente dentro de los primeros cinco años posteriores al tratamiento y para protegerse contra la recaída es necesario comenzar un tratamiento con la terapia adyuvante más efectiva en el momento del diagnóstico.
Los datos de seguimiento del estudio ATAC (ARIMIDEX, Tamoxifen, solos o en combinación), uno de los de mayor duración y más extensos en el mundo que se ha hecho en mujeres con cáncer de mama temprano posmenopáusico, y diseñado para investigar la eficacia y tolerabilidad comparativa de dos terapias adyuvantes: anastrozol y tamoxifeno, encontró que el beneficio del anastrozol sobre el tamoxifeno, es la prevención de la recaída del cáncer de mama, el cual aumenta con el tiempo – hasta cuatro años tras terminar el tratamiento.
El análisis más reciente del estudio ATAC refuerza la superioridad significativa del anastrozol sobre el tamoxifeno en la reducción del riesgo de recurrencia del cáncer de mama y del aumento de la sobrevida sin la enfermedad en mujeres posmenopáusicas con la enfermedad temprana y positiva a receptores hormonales.
Estos datos más recientes también demuestran que, incluso tras aproximadamente cuatro años de haber completado el tratamiento, la reducción absoluta en el riesgo general de recaída de la enfermedad continúa aumentando con el anastrozol en comparación contra el tamoxifeno.
Por ello, es recomendable prescribir anastrozol desde el comienzo del tratamiento, pues de esta manera, menos mujeres recibirán la triste noticia de que su cáncer de mama ha vuelto.
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