La situación de desigualdad en los salarios se observa en todos los grupos de ocupación, excepto en el de trabajadores(as) domésticos(as), donde el salario de las mujeres supera al de los hombres (5.7% en 2010).
El grupo que presenta la mayor desigualdad en ventaja para ellos es el de vendedores independientes, en el cual tendría que incrementarse el salario de las mujeres un 51.6 por ciento para igualarlo con el que perciben los hombres.
Entre los funcionarios públicos y gerentes del sector privado, la magnitud de cambio necesaria para igualar los salarios es del 25.6 por ciento.
La Encuesta Nacional sobre Ocupación y Empleo señala que 42.5 por ciento de las mujeres mexicanas trabajaban, en 2010, para el mercado. En zonas de elevada marginación y rezago social, la participación económica de las mujeres es similar a los niveles de hace 40 años (cercana al 20%).
Repercusiones
En el caso masculino, la tasa correspondiente es de 77.6 por ciento, similar a la de 2005 y menor que la del periodo 2006-2008, debido a la crisis económica que ha generado altos niveles de desempleo.
Las tasas de participación económica más elevadas, por encima del 50 por ciento, corresponden a mujeres que tienen entre 20 y 49 años de edad y entre las mujeres con mayor escolaridad, donde alcanza una tasa de 61 por ciento entre las mujeres con nivel medio superior y superior.
Las tasas de participación económica más bajas se observan en los grupos de edad extremos, es decir entre las mujeres de 14 a 19 años (19.9%) y las mujeres de 60 años y más edad (19.8%), así como entre las mujeres que no terminaron la primaria (30.7%).
Los grupos de ocupación con más presencia femenina son los de educación y servicios personales, con 62.6 por ciento y 64.4 por ciento, respectivamente; en cambio, en los grupos de conductores(as) y ayudantes de conductores(as) de maquinaria móvil y medios de transporte y de trabajadores(as) en servicios de protección y vigilancia y fuerzas armadas, la presencia femenina es casi nula o muy baja (0.8 y 7.7 por ciento del total de mujeres en cada grupo, respectivamente).
Con respecto a la posición en la ocupación, 62.3 por ciento de las mujeres son trabajadoras subordinadas y remuneradas; 23.4 por ciento son trabajadoras por cuenta propia, 9.4 por ciento son trabajadoras no remuneradas y sólo 2.4 por ciento son empleadoras.
56.6 por ciento de las mujeres asalariadas no cuenta con prestaciones sociales y 60.1 por ciento de los hombres se encuentra en la misma situación. El 1.8 por ciento de las mujeres y 2.6 por ciento de los hombres sólo tiene seguridad social; 34.2 por ciento de ellas y 31.9 por ciento de ellos cuentan con seguridad social y otras prestaciones; y 7.4 por ciento y 5.4 por ciento de las mujeres y los hombres, respectivamente, no tienen seguridad social pero sí otras prestaciones.
La duración de la jornada laboral de la población femenina ocupada es menor con respecto a la masculina. El 36.3 por ciento de las mujeres y 20.1 por ciento de los hombres trabaja una jornada de tiempo parcial –menor de 35 horas a la semana-; 41.1 de ellas y 43.4 de ellos trabajan de 35 a 48 horas a la semana y 19.0 de las ocupadas y 33.2 de los ocupados trabaja más de 48 horas a la semana.
El cuidado de niños(as) pequeños(as) todavía representa una limitante a la inserción de las mujeres al mercado laboral o a posiciones más favorables.
Según la Encuesta Nacional sobre Seguridad Social 2009, el 78 por ciento de los niños y niñas menores de siete años son atendidos por su madre. De quienes son atendidos por otras personas mientras su mamá trabaja, la mitad son atendidos por su abuela, 33 por ciento por otra persona (familiar o no) y sólo 12 por ciento es atendido por personal de guarderías públicas y cerca de cinco por ciento por personal de guarderías privadas.
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