Los juarenses recibieron a la Caravana y a Javier Sicilia con una frase contundente que marca el liderazgo civil logrado por el poeta que ha transformado su tragedia en una batalla moral y política por el consuelo: “No te rajes Sicilia”.
Ahí estuvo Luz María Dávila, la madre de uno de los jóvenes muertos en Salvárcar que desafío a Felipe Calderón frente a todas las cámaras de la caravana presidencial. También estuvieron los deudos y amigos de Marisela Escobedo, asesinada el 16 de diciembre de 2010 por exigir justicia en el asesinato de su hija Rubí. Ahí estuvo Julián Le Barón, representante de una comunidad adolorida por la doble violencia del crimen y de los policías y militares.
La Caravana recorrió el país y desafío, con este gesto, la pretensión gubernamental de que no deben recorrerse las calles para protestar sino simplemente esperar a que los nuevos “sacerdotes cívicos” (los policías federales) garanticen la seguridad perdida.
Mientras la mayoría de los medios y periodistas nos concentramos en el escándalo de la detención de Jorge Hank Rhon, personaje insigne de una tradición de impunidad transexenal, en el debate de los tres candidatos en el Estado de México, la elección más importante de este año, o en el traslado de Pablo Salazar Mendiguchía, polémico ex gobernador de Chiapas, la Caravana encabezada por Sicilia ha demostrado que existe una sociedad civil que no se quedará cruzada de brazos.
La Caravana llegó cuatro días después de que denunciaran que elementos de la Policía Federal allanaron el Centro de Derechos Humanos Paso del Norte. Paradójicamente, elementos del mismo organismo vigilaba a los integrantes de la caravana en su paso por Zacatecas y Durango. Dos días después fueron suspendidos 20 agentes por el allanamiento.
En su recorrido este grupo de insurgentes cívicos que abogan por la desmilitarización de la actual guerra calderonista tuvo elementos luminosos. He aquí un breve recuento:
a) Recibió el saludo del subcomandante Marcos, a nombre del EZLN. En su carta, Marcos recordó el aniversario de la tragedia de la guardería ABC, en Hermosillo, hace dos años y preguntó: “¿Quiénes son los responsables? ¿Qué se hace para que nunca más se repita esa tragedia? Ha sido el empeño de ustedes el que nos ha dado las respuestas. De arriba sólo hemos visto desprecios, burlas, simulaciones y mentiras”.
b) En paralelo, en el Museo de la Ciudad de México, los moneros e intelectuales impulsores de la campaña “No más Sangre” se reunieron para expresar el reclamo cívico. Por supuesto, las grandes televisoras simplemente ignoraron este evento. No entra en el guión de su Acuerdo contra la Cobertura de la Violencia ni de su Iniciativa México 2011.
c) La Caravana llegó a Coahuila. El obispo Raúl Vera, heredero de la línea de crítica de Samuel Ruiz y otros sacerdotes comprometidos, denunció la ejecución de 13 jóvenes en La Victoria, un centro de rehabilitación de alcohólicos y dependientes de la droga. Denunciaron el drama de más de 180 desaparecidos en Saltillo.
d) En Monterrey, con figuras como doña Rosario Ibarra de Piedra, la Caravana hizo eco de la indignación de los habitantes de esta ciudad por la violencia que ha convertido a esta región en un territorio de batalla entre cárteles y organismos policiacos.
En la tarde de este viernes se firmará el Pacto Nacional Ciudadano cuyo eje central es detener la militarización en el combate al crimen organizado; combatir la impunidad y la corrupción; impulsar una política social para los jóvenes y perfeccionamiento de la democracia, con una mayor participación ciudadana.
Fuente: homozapping.com / Jénaro Villamil

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