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El 20 por ciento de la población mundial se ve afectada por estas enfermedades según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) |
Con la entrada del frío en otoño, se pueden desencadenar
muchas alergias, entre ellas el asma, que afecta en mayor medida a los niños.
Por ello hay que tomar las precauciones necesarias, sobre todo con aquellas
personas que presentan estos cuadros. De acuerdo a la Organización Mundial de
la Salud (OMS), el 20 por ciento de la
población mundial se ve afectada por estas enfermedades.
Al contrario de que lo que se piensa, esta época del
otoño puede ser complicado para las personas que son alérgicas, pues uno de los alergenos más
problemáticos es la presencia de hongos, mohos o levaduras y sus esporas en el
ambiente, señaló la Dra. Vivian Moncayo, Alergóloga Pediatra del Hospital
Angeles Lomas.
Las lluvias y la humedad que en el verano sirven para
limpiar el aire de partículas de polen, en otoño favorecen la aparición de
esporas de mohos, las cuales incrementan su circulación tanto en el ambiente
como en el interior de las viviendas, ya que estas se mantienen cerradas más
tiempo para conservar el calor, además de que el aire que circula dentro de la
casa no se renueva constantemente por el uso de la calefacción y aire
acondicionado.
Para que los hongos y los mohos se reproduzcan necesitan
estar en un ambiente húmedo y con poca cantidad de luz solar. Las condiciones
que se presentan en esta época son ideales para la reproducción de las esporas
de hongos tanto dentro como fuera de la casa. Durante la madrugada es cuando
más se multiplican las esporas, por lo que los síntomas de alérgia pueden
presentarse con mayor intensidad en la noche, añadió la especialista.
Por ello, las personas que son alérgicas a los mohos
suelen despertarse con mayor frecuencia en la noche con la nariz congestionada.
Cabe destacar que los alergenos producen una reacción inflamatoria con liberación de sustancias
como la histamina, leucotrienos, y otras sustnacias que ocasionan congestión, estornudos, prurito y
secreción nasal manifestandose como “nariz tapada”, puntualizó la Dra. Moncayo.
Quienes más sufren las consecuencias de esto son los
niños, ya que la falta de sueño y el descanso que necesitan puede afectar su
desempeño diario, mayor susceptibilidad a las infecciones y hacerlo más
irritable.
También la respiración por la boca es perjudicial. El
aire que llega a los pulmones de esta forma no está tibio y humedo (mecanismo
que realiza la nariz) como cuando la respiración es a través de la nariz no inflamada y en niños alérgicos puede
favorecer la presencia de infecciones de garganta, sinusitis, otitis y gripes,
agregó la especialista.
Así que en otoño hay dos grandes causas de las reacciones
alérgicas y asmáticas en los niños: el aumento de la presencia de mohos y
hongos en el ambiente y la llegada del frío.
Pero ¿cómo tratar estos padecimientos? En la actualidad
existen diversas alternativas dirigidas principalmente a evitar el contacto con
el agente causal, así como tratamientos farmacológicos que ayudan a disminuir
la inflamación y controlar los síntomas por largos periodos, para lograr
controlar las enfermedades alérgicas, ya
que se conoce que no se curan.
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