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| Este trastorno se caracteriza por miedo intenso e irracional por asistir a la escuela |
La
fobia escolar se caracteriza por un miedo intenso e irracional por asistir a la
escuela. Los niños que manifiestan este trastorno pueden presentar cuadros de
ansiedad, además de sudoración de manos, temblor, dolor de cabeza o estómago,
náuseas y mareo entre otros.
A
pesar de que este tipo de alteración no es muy frecuente, ya que se presenta en
el 1% de la población infantil, es importante que cuando se diagnostique se
trate para evitar futuras complicaciones durante la etapa adulta.
Así
lo informó Manuel Díaz Domínguez, médico adscrito a la Coordinación de
Enseñanza e Investigación de los Servicios de Atención Psiquiátrica, quien
detalló que es más frecuente que la fobia escolar sedesarrolle en niños que son
sobreprotegidos por sus padres, quienes les transmiten cierta inseguridad que
se manifiesta cuando están alejados de ellos.
“Los
niños que tienen más predisposición a padecer este trastorno son aquellos que
no han salido de casa, es decir, que no han asistido a estancias infantiles, y
nunca se han separado de los padres”, puntualizó.
También
dijo se puede desencadenar por situaciones específicas como es que el niño sea
objeto de maltrato por el maestro o compañeros, o sucesos negativos, como puede
ser una enfermedad prolongada.
Comentó
que el comportamiento del niño es normal durante el día, sin embargo, cuando se
acerca el momento de ir a la escuela comienza a mostrar una conducta retraída,
la cual suele acompañarse de síntomas físicos como dolor de alguna parte de su
cuerpo, náuseas, mareos y vómitos.
Indicó
que lo primero que se tiene que hacer es que los padres acudan al médico para
descartar que se trate de una enfermedad orgánica real, y no de una
"excusa" por parte del pequeño para no acudir a clase.
Mencionó
que una vez descartado cualquier síntoma físico, lo primero que hay que hacer
es descubrir los motivos por los que el niño no quiere acudir al colegio. Para
ello lo recomendable es que los padres hablen con su hijo e intenten descubrir
el origen de su temor.
Si
no existe algún factor externo, entonces será necesario que se consulte un
psicólogo quien trabajará en coordinación con los padres para establecer una
rutina que permita lograr que todo se convierta en un hábito y se realice casi
de forma automática, de modo que al niño apenas le dé tiempo para pensar en su
miedo.
Otra
estrategia consiste en acompañar al niño a la escuela y permanecer con él una
media hora, después en la puerta del salón, luego permanecer un rato con él en
la clase, con el fin de que se vaya familiarizando con ese ambiente.
También puede ser
benéfico, en algunos casos y de acuerdo con los profesores, modificar el
horario de la escuela para que el niño pase, al principio, menos tiempo en
ella, hasta que poco a poco se vaya acostumbrando y consiga integrarse con los
demás compañeros.

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