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| Una de cada cinco féminas que sufrió agresiones físicas pensó en quitarse la vida |
La violencia, en todas
sus manifestaciones, genera problemas de salud física y mental. Datos de la
Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH)
2006 indican que de las mujeres que sufrieron violencia física, 23 por ciento necesitó
atención médica debido a ello y 21 por ciento pensó en suicidarse.
La situación es más grave en las mujeres que
fueron víctimas de violencia sexual: 29 por ciento necesitó ayuda médica y 28
por ciento tuvo ideas suicidas.
Las consecuencias de daños a la salud de las
mujeres separadas o divorciadas son más evidentes: 40 por ciento de las que
sufrieron violencia sexual necesitó ayuda médica y 44 por ciento tuvo ideas de
suicidio.
Un grave problema que se presenta para
reducir la violencia contra las mujeres es la falta de denuncia: 23.2 por
ciento de las mujeres casadas o unidas han sufrido agresiones físicas y/o
sexuales por parte de su pareja, de las cuales sólo 17.8% denunciaron la
agresión.
Aunado a ello, de este bajo porcentaje de
mujeres que ejercieron su derecho de denunciar, a la hora de refrendarla 25.7 por ciento de ellas retiraron la
demanda. Situación que incluso sucede entre aquellas que requirieron atención
médica (27.5%) y las que tuvieron consecuencias graves (11.8%)
Las razones que dan las mujeres para no
denunciar son: creen que se trató de algo sin importancia (38.5%); por sus
hijos (23.3%); por vergüenza (18.6%); por miedo (17.3%); porque no sabían que
podía denunciar (10.5%); porque no confían en las autoridades (8.4%).
Asimismo, uno de los obstáculos a vencer es
la demora en los procesos para la impartición de justicia. Según datos de la
Secretaría de Seguridad Pública Federal, el número de denuncias por violación
se ha incrementado en los últimos cinco años (de 13 mil 550 en 2005 a 14 mil
850 en 2009), sin embargo las estadísticas judiciales en materia penal señalan
que el número de delincuentes sentenciados muestra una relación inversa
(disminuyó de tres mil 516 en 2005 a 578 en 2009).
Las mujeres siguen viviendo episodios violentos
aun después de separadas o divorciadas: de las que sufrieron violencia durante
su unión y se separaron o divorciaron, 37.4 por ciento siguió padeciéndola
después de la separación.
Las mujeres separadas o divorciadas que
tienen hijos están más expuestas a sufrir violencia que quienes no los tienen.
De las mujeres separadas o divorciadas que no tienen hijos, 13.7 por ciento
sufrió algún tipo de violencia, mientras que esto sucedió a 36.5 por ciento de
las que tienen hijos en edad escolar (menores de 13 años).

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