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| 18 cigarrilos y media, el film |
En un mundo antitabaco, el director paraguayo
Marcelo Tolces se atrevió a realizar una cinta titulada 18 cigarrillos y medio,
donde su atribulado protagonista no para de fumar, al estilo de los personajes
ochenteros que buscaban en cada bocana una profundidad existencial que siempre
brillaba por su ausencia.
“Hay mucha relación entre el hecho de fumar y
la juventud, los cigarrillos y los jóvenes son dos conceptos que van siempre de
la mano. El cigarrillo representa el aspecto social, el sentirse eterno, el no
escuchar advertencias, es esa maravillosa irresponsabilidad que sólo se vive
una vez, pero a la que muchos tratan de anclarse eternamente”.
La cinta, recién estrenada en la
Cineteca Nacional, representa la primera apuesta del joven realizador, nacido
en Asunción y formado en España, por construir un cine alejado de los moldes
establecidos.
Durante su presentación el año pasado, en el
Festival de Cine Latino de Sao Paulo, Brasil, 18 cigarrillos y medio fue bien
recibida por la crítica, aunque algunos tacharon al director de anti
aristotélico, porque para muchos la cinta en realidad no trata de nada, la
cámara solo sigue al protagonista por
diversas situaciones cotidianas.
“No estoy de acuerdo con esa apreciación, en
realidad es una historia con un principio, un desarrollo y un final bien
definidos, sin embargo busqué que la manera de contarlo estuviera lejos de
epifanías o momentos remarcados con dramatismos artificiales, porque así no es
la vida”.
La cinta describe las tribulaciones cotidianas
de Ezequiel, un joven de la clase acomodada paraguaya que se dedica a pasear en
su BMW, a disfrutar de su gran casa y de las reuniones con amigos, sin embargo
tiene una espina clavada en el corazón, la de su ex novia Vivian, quien tiene
una nueva pareja.
Antes de separarse, ambos habían prometido
que no importaba cuáles fueran las circunstancias del alejamiento, habría entre
los dos un último beso. El protagonista recorre los bares, las calles, los
prostíbulos, se mete en problemas, en golpizas y peleas vacías, a la espera de
ese momento. La cinta fue ganadora del Premio Tornasol a la co-producción en el
Festival de Cine de Guadalajara, en 2006, así como del Fondo Ibermedia a la
coproducción 2010.
Sería la productora mexicana Canana la que
completaría los apoyos para realizar el filme que finalmente llega a las
pantallas mexicanas en este 2012.
“Estoy muy agradecido con México por el apoyo
que me ha brindado para llevar este sueños hasta sus ultimas consecuencias.
Producir cine en Paraguay es algo muy difícil, por lo que esta coproducción con
Canana representa también una gran plataforma de proyección”, dijo Marcelo
Tolces en entrevista exclusiva para Conaculta realizada a larga distancia.
El realizador, quien es también autor del
guión, dijo que siempre hay algo de autobiográfico en una historia que aborda
la juventud, sin embargo mencionó la ironía de que su protagonista principal se
enfrente con su comportamiento a una
época donde fumar está mal visto, y peor aún, el ocio.
“Es casi como un pecado contemporáneo el no
hacer nada, y Ezequiel, quien pertenece a una clase acomodada es uno de los
mejores exponentes de esta condición. Hace poco me enteré que en México le dice
ninis a los jóvenes que ni estudian ni trabajan, creo que esta cinta demuestra
que esta condición no es exclusiva de ninguna clase social”.
Si bien la película es definida también como
una metáfora sobre ese infierno llamado juventud en donde todo está a la
expectativa, Marcelo Tolces afirma que la presencia de la pasión y el amor es lo
que conceden al personaje algo de esperanza.
“No importa si ya no es correspondido o si
sólo es él quien se empeña en mantener viva una relación del pasado, el hecho
de sentir todo ello con gran fuerza es lo que a la larga influye en el carácter
y en transformar la conciencia con aprendizaje”.
Finalmente, el director dijo que ya se
encuentra preparando su próximo proyecto cinematográfico en el que incursionará
en el género de la comedia.
“Se trata de un falso documental sobre un
grupo de amigos cineastas que desarrolla el proyecto de una película y en el
camino se meten en problemas y aprenden muchas cosas”.
Y agregó: “Creo que el cine es un libro
abierto para plasmar los sueños más allá de los moldes establecidos, creo que
hay miles de formas de contar una historia y cada nueva cinta es una aventura,
tanto para el realizador como para el espectador”, concluyó Marcelo Tolces.

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