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Entre menos humana sea la respuesta, mayores dificultades y disfunciones se presentarán para su entendimiento y aplicación. |
Por:
Héctor Ramos
Habitualmente las personas suelen aferrarse al platónico
sueño de la belleza y la juventud eterna, sin embargo esta quimera se va
desvaneciendo cuando aparece alguna enfermedad y el mal se convierte en un
crónico martirio. Dicho sea de paso, es en este momento cuando se valora la
salud.
Cualquier padecimiento, - el que sea -, es la expresión
aguda y/o crónica de varios grupos de células cuyo funcionamiento natural ha
sido alterado por un agente externo, por ejemplo: la ateroesclerosis.
Grosso modo se comenta que quien padece de esta
enfermedad está en riesgo de que la sangre deje de correr libremente a lo largo
de venas y arterias. Aunado a esto, corazón y/o cerebro son vulnerables a ser
atacados por un “objeto sólido”. En ambos casos está reconocido que el problema
comenzó en el endotelio, el cual es el tejido celular que recubre las paredes
interiores de todos los ductos sanguíneos.
Antes de buscar la solución en sofisticadas cirugías o
complejos medicamentos, habrá que entender y observar el natural funcionamiento
de las células del tejido endotelial, las cuales están programadas para
facilitar el trasporte de la sangre y la oxigenación del cuerpo.
Tal cual lo indican los textos elementales de biología,
la célula tiene un ciclo de vida en el que nace, se desarrolla, se reproduce y
muere. Si por alguna razón este círculo es interrumpido en alguna de sus fases,
la programación natural de la célula es atrofiada y comienza el desarrollo de
cualquier enfermedad.
El tabaco y sus contaminantes, la composición química de
azúcares y grasas, entre otros elementos, son los que alteran la estructura
natural de las células del endotelio, la cuales reaccionan formando la placa
ateroesclerótica.
Lo mismo sucede con la célula que se enferma por la
radiación del sol y se manifiesta en cáncer de piel; las células de tejido
graso que hacen funcionar al cerebro y que al dañarse se manifiestan con
Alzheimer o Parkinson; las células del sistema inmunológico que al ser
alteradas no forman los soldados suficientes para proteger al cuerpo de
enfermedades, entre otros muchos ejemplos.
Sin discapacidad alguna
Más allá de falsas promesas de la juventud o la belleza
eterna, el ser humano puede tener acceso a una vida cien por ciento funcional
hasta el último segundo de su existencia. Por esta razón, Qualità della vita se
da a la tarea de presentar los descubrimientos y aportaciones de investigadores
nacionales y a nivel mundial que tengan un franco compromiso con la calidad de
vida.
Durante la primera fase del proyecto se presentarán las
innovaciones del doctor Umberto Cornelli, decano catedrático en la Escuela de
Medicina de la Universidad de Loyola, Illinois en Estados Unidos y quien también
preside a la Sociedad Europea de Nutrición Biológica.
El doctor Cornelli, es experto en el tema de estrés
oxidativo, el cual podría entenderse como el terrorista que está en
el aire que se respira y en el agua que se ingiere. Hoy día los descubrimientos
y aportaciones del especialista brindan una alternativa eficaz para problemas
de salud pública como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares,
hipercolesterolemia, influenza, entre muchos otros.
Siendo esta la conclusión de la primera entrega, se
anticipa que el próximo miércoles el espacio de Qualità della vita abordará el
tema del Estrés
oxidativo en el tracto gastrointestinal y su relación en prevención de
episodios de influenza, así como de otras enfermedades virales y
bacteriológicas.
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