En las empresas “enojadas” las emociones predominantes
son rabia, furia, venganza. El estilo directivo en las compañías de este tipo
es crítico, perfeccionista, resentido e impaciente, neurótico aunque también
suele ser realista. En los mandos medios existe alta incompetencia.
“En estas compañías es común que cada día se sigan procesos innecesarios para efectuar
cualquier tarea, al grado de emplear hasta 40% del tiempo laboral en trámites y
juntas”, comenta Del Valle.
Aunque existen múltiples variables que generan el enojo
en la compañía, los jefes ineficientes, las prácticas burocráticas y las expectativas no
cumplidas suelen ser las principales razones de un estado anímico de ira en las
organizaciones.
En general, los principales problemas que nos permiten
diagnosticar ira en las empresas son los fraudes internos, robo hormiga, transferencia
de clientes, pérdidas continuas de informes o activos y accidentes que
representen altos costos en la empresa.
Las quejas comunes en las empresas enojadas son la imposibilidad de compaginar tiempo laboral y
personal, metas de desempeño inalcanzables, vaivenes para determinar
prioridades y una alta ineptitud por parte de los jefes de área.
“Pymes familiares, empresas de salud o seguridad e
incluso escuelas son las compañías que más enojo presentan entre sus
colaboradores”, dice Del Valle quien enfatiza que hasta el 50% de estas
empresas son del sector público. Las compañías de la Iniciativa Privada con
este problema son las firmas familiares que no tienen especificaciones claras
de cada rol y se carece de organigramas reales.
“Hay tres fuentes de enojo permanente en las empresas: la
ineficiencia, el burocratismo y el incumplimiento de expectativas, todas inciden
en baja productividad de los empleados, horas muertas e inexistentes parámetros en las metas corporativas. Cuando no se tienen
aptitudes suficientes en una gerencia, el primer síntoma es la poca capacidad para
evaluar el desempeño del personal a cargo”, comenta Del Valle.
En general, aminorar o eliminar el enojo en las empresas
puede lograrse con una administración eficiente, con funciones claras, metas
realistas y con un buen liderazgo por parte de los directores. A veces “el
problema se reduce sustancialmente al generar perfiles pormenorizados de cada
puesto de trabajo para eliminar amiguismos o compadrazgos que dañen a la
organización”, finaliza Del Valle.
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