Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista,
asevera que esta tendencia obedece a que es un grupo poblacional vulnerable y
que cada vez engrosa más la pirámide poblacional. Actualmente existen 10
millones en el país.
“Además del robo a transeúntes, casas habitación
y automóviles en los que las víctimas 
son adultos mayores, captamos un notable incremento de fraudes a este
sector poblacional al grado de rebasar al 300% respecto a los que existían en
2006”, manifiesta Manrique.
El Rector del Colegio Jurista comenta que
mientras desciende la edad de los victimarios, aumenta la edad de las víctimas.
“Esto es observable en todo tipo de crímenes pero en los delitos económicos son
más perceptibles los modos de operación ilícita contra los ancianos”.
Entre los fraudes más usuales para perjudicar
patrimonio de las personas mayores de 60 años se encuentran  “ganchos” o “espejismos” de engaño como:
Compras a través del internet y fraude de
fideicomiso (custodia por un tercero) en internet. Los estafadores fácilmente toman el dinero
mediante subastas arregladas o mercancía fantasma. Es necesario investigar a la
compañía en Internet y revisar los comentarios de los clientes y los índices de
satisfacción antes de proceder.
También debe observarse que las compañías
ofrecen diversos términos y condiciones, por ejemplo políticas acerca de la
protección contra fraudes, devolución de mercadería, cuándo le facturan, tarifas,
gastos de envío, etc. Es conveniente revisarlas y comprenderlas antes de
realizar negocios con dicha compañía.
Los estafadores con frecuencia atraen a
compradores que no sospechan para colocar su dinero en
servicios de fideicomiso en internet falsos (“otra” compañía que verifica la
transferencia de mercancía y que se haya realizado el pago). Debe verificarse
la legitimidad de la compañía de fideicomiso en internet.
Debido a que las compras con
tarjeta de crédito están cubiertas por las leyes federales de protección del
consumidor, si es posible, utilice una tarjeta de crédito para hacer pedidos
por correo, pedidos por teléfono y compras en internet. Las tarjetas de débito,
cheques personales, cheques de cajero, transferencias y giros no proporcionan el
mismo nivel de protección al consumidor. 
Romance
En un caso típico, una persona
hace amistad con un adulto mayor, y dicha persona simula cuidar verdaderamente
o expresa interés romántico en el adulto mayor para obtener asistencia
financiera. En los peores casos, la persona puede incluso convencer al adulto
mayor de contraer matrimonio. Estos estafadores con frecuencia:
Estafas de caridad
Los artistas de la estafa con
frecuencia intentan aprovecharse de la generosidad de otros. Pueden hacerse
pasar como representantes de instituciones de caridad, pero en realidad recolectan
dinero sólo para ellos. 
Fraude a través de carta extranjera
Es una carta (o un correo
electrónico) de un gobierno extranjero, de un “oficial” extranjero o de una
“viuda”, o de alguien que dice ser integrante de un servicio de los Estados Unidos
y que solicita su ayuda para sacar dinero del país. (A menudo estas
comunicaciones reciben el nombre de “cartas nigerianas”). Esta es una práctica
para obtener dinero o información de una cuenta personal.
Fraude del cuidador
Cuando las personas ya no pueden
cuidarse a sí mismas, pueden contratar a un cuidador, una persona de confianza
que atienda sus necesidades y sea responsable de ellos. “Cuidadores” es un término
amplio que incluye a parientes, amigos o cualquier persona contratada para
asistir a la persona. Desafortunadamente, el fraude, robo y manipulación de los
cuidadores se hace cada vez más común.
Es sospechosos cuando un cuidador:
• Parece reacio a gastar dinero en nombre del adulto mayor por tratamiento médico necesario, alimentos, medicinas, ropa u otros servicios para el adulto mayor.• Aísla al adulto mayor de su familia, amigos o vecinos.• Parece interesado en los asuntos financieros del adulto mayor.• “Recibe” o “le prestan” objetos valiosos, por ejemplo joyas, o activos financieros deladulto mayor, con o sin el consentimiento de éste.• Hace retiros en nombre del adulto mayor, utiliza su tarjeta de crédito o escribe cheques, sin conocimiento y/o permiso del adulto mayor.• Agrega su nombre en las cuentas bancarias.• Se vuelve beneficiario del testamento o fideicomiso del adulto mayor.• Se convierte en “representante financiero”.• Afirma tener un problema serio y pide al adulto mayor una gran cantidad de dinero.

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