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jueves, 30 de agosto de 2012

Adultos mayores SOS

Los crímenes financieros  contra adultos mayores se incrementó en 300% durante los últimos seis años dice informe de criminalística del Colegio jurista quien vaticina que aumentarán las víctimas de robos, extorsiones y fraudes a las personas mayores de 60 años de edad

Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista, asevera que esta tendencia obedece a que es un grupo poblacional vulnerable y que cada vez engrosa más la pirámide poblacional. Actualmente existen 10 millones en el país.
“Además del robo a transeúntes, casas habitación y automóviles en los que las víctimas  son adultos mayores, captamos un notable incremento de fraudes a este sector poblacional al grado de rebasar al 300% respecto a los que existían en 2006”, manifiesta Manrique.
El Rector del Colegio Jurista comenta que mientras desciende la edad de los victimarios, aumenta la edad de las víctimas. “Esto es observable en todo tipo de crímenes pero en los delitos económicos son más perceptibles los modos de operación ilícita contra los ancianos”.
Entre los fraudes más usuales para perjudicar patrimonio de las personas mayores de 60 años se encuentran  “ganchos” o “espejismos” de engaño como:

Compras a través del internet y fraude de fideicomiso (custodia por un tercero) en internet. Los estafadores fácilmente toman el dinero mediante subastas arregladas o mercancía fantasma. Es necesario investigar a la compañía en Internet y revisar los comentarios de los clientes y los índices de satisfacción antes de proceder.

También debe observarse que las compañías ofrecen diversos términos y condiciones, por ejemplo políticas acerca de la protección contra fraudes, devolución de mercadería, cuándo le facturan, tarifas, gastos de envío, etc. Es conveniente revisarlas y comprenderlas antes de realizar negocios con dicha compañía.

Los estafadores con frecuencia atraen a compradores que no sospechan para colocar su dinero en servicios de fideicomiso en internet falsos (“otra” compañía que verifica la transferencia de mercancía y que se haya realizado el pago). Debe verificarse la legitimidad de la compañía de fideicomiso en internet.

Debido a que las compras con tarjeta de crédito están cubiertas por las leyes federales de protección del consumidor, si es posible, utilice una tarjeta de crédito para hacer pedidos por correo, pedidos por teléfono y compras en internet. Las tarjetas de débito, cheques personales, cheques de cajero, transferencias y giros no proporcionan el mismo nivel de protección al consumidor.

Romance
En un caso típico, una persona hace amistad con un adulto mayor, y dicha persona simula cuidar verdaderamente o expresa interés romántico en el adulto mayor para obtener asistencia financiera. En los peores casos, la persona puede incluso convencer al adulto mayor de contraer matrimonio. Estos estafadores con frecuencia:

Estafas de caridad
Los artistas de la estafa con frecuencia intentan aprovecharse de la generosidad de otros. Pueden hacerse pasar como representantes de instituciones de caridad, pero en realidad recolectan dinero sólo para ellos.

Fraude a través de carta extranjera
Es una carta (o un correo electrónico) de un gobierno extranjero, de un “oficial” extranjero o de una “viuda”, o de alguien que dice ser integrante de un servicio de los Estados Unidos y que solicita su ayuda para sacar dinero del país. (A menudo estas comunicaciones reciben el nombre de “cartas nigerianas”). Esta es una práctica para obtener dinero o información de una cuenta personal.

Fraude del cuidador
Cuando las personas ya no pueden cuidarse a sí mismas, pueden contratar a un cuidador, una persona de confianza que atienda sus necesidades y sea responsable de ellos. “Cuidadores” es un término amplio que incluye a parientes, amigos o cualquier persona contratada para asistir a la persona. Desafortunadamente, el fraude, robo y manipulación de los cuidadores se hace cada vez más común.

Es sospechosos cuando un cuidador:
• Parece reacio a gastar dinero en nombre del adulto mayor por tratamiento médico necesario, alimentos, medicinas, ropa u otros servicios para el adulto mayor.
• Aísla al adulto mayor de su familia, amigos o vecinos.
• Parece interesado en los asuntos financieros del adulto mayor.
• “Recibe” o “le prestan” objetos valiosos, por ejemplo joyas, o activos financieros del
adulto mayor, con o sin el consentimiento de éste.
• Hace retiros en nombre del adulto mayor, utiliza su tarjeta de crédito  o escribe cheques, sin conocimiento y/o permiso del adulto mayor.
• Agrega su nombre en las cuentas bancarias.
• Se vuelve beneficiario del testamento o fideicomiso del  adulto mayor.
• Se convierte en “representante financiero”.
• Afirma tener un problema serio y pide al adulto mayor una gran cantidad de dinero.

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