Al entrar la ejecución de
garantías que contempla la reforma
financiera, la banca de desarrollo se verá apoyada y con esa certidumbre podrá
otorgar más crédito de acuerdo al jurista.
Una de las reformas más importantes
en la iniciativa es la redefinición del mandato de la banca de desarrollo, el
poder adquirir acciones de otras instituciones de crédito o recibirlas en
garantía, la flexibilización de la
gestión del sector en cuanto a estructura orgánica, tabuladores de sueldos,
manejo de recursos humanos y mayores facultades al consejo directivo para que
desarrolle estos aspectos. Es decir, “da una mayor libertad a la entidad
gubernamental para que pueda dar créditos”, dice Manrique.
También destaca la
facultad a los consejos directivos para
determinar las tasas de interés, riesgos
y operaciones, ajuste de los planes estratégicos para hacer más eficientes los
recursos que prestan y los sectores que atienden.
“La iniciativa también
aclara aspectos de las inversiones que
pueden hacer los bancos de desarrollo, como si fuesen banca múltiple, lo que
permite mejorar las condiciones del sistema financiero", dijo el jurista
quien dijo que cambia el objetivo principal de la banca de desarrollo, que
originalmente se limitaba a preservar el capital, y se convierte en un agente que pueda proveer
de recursos a la empresa en las que no llega la banca comercial.
En México, recordó
Manrique, el manejo del crédito se concentra sólo en cinco bancos y con la
Reforma fiscal, al crear elementos de competencia significativos,
generará condiciones equitativas en la concesión de crédito “y la banca de desarrollo tendrá que apoyar proyectos para
fomentar la innovación, creación de patentes e infraestructura”, citó Manrique.
No para todas
Sin embargo, “debe considerarse que el 80% de las pymes quiebra al tercer
año de operaciones, por lo que se analizará a que empresas se les otorgarán
recursos”, dijo el jurista, quien mencionó que para ello deben vincularse los
objetivos de la banca de desarrollo con un plan de crecimiento a mediano y
largo plazo para México.
“La iniciativa de reforma financiera del
Gobierno federal beneficiará solo a las Pymes jurídicamente sustentables y con
una estructura interna adecuada para acceder a mayores financiamientos. Esto
implica una gran depuración de candidatos crediticios si consideramos que en
México existen cerca de 4.15 millones de unidades empresariales, de las cuales
99.8% son Pymes que generan el 52% del Producto Interno Bruto (PIB) ”, enfatizó
el Rector.
Así, el Gobierno federal
busca elevar la productividad vía el financiamiento y las Pymes tienen que
aprender a gestionar sus empresas en un entorno en donde tengan mayores recursos
financieros, expectativas de crecimiento y mayor productividad, lo que implica un
proceso de mejoramiento continuo.
Pymes sin créditos
En México hay alrededor de
cinco millones de Pymes, de las cuales sólo una quinta parte pueden ser sujetas
a créditos bancarios, pero deben cumplir una serie de requisitos que sirvan
como garantía para que la banca
comercial o de desarrollo les otorgue
préstamos y no todas los cumplen, dijo Manrique.
Por otra parte, el impacto
que puede tener la banca de desarrollo en las Pymes puede ser muy poco y los
resultados van a ser de mediano y largo plazos “porque en este momento la
propia banca no está estructurada para dar créditos al sector productivo
masivamente y hay que cambiar estructuralmente las empresas, lo que lleva a un
proceso largo y los resultados no se verán este año”.
Finalmente, Manrique dijo
que de concretarse los ajustes financieros, las empresas innovadoras podrían
aprovechar los nuevos instrumentos crediticios y allegarse de otros capitales
de riesgo, tales como los llamados de capital ángel o semilla, para financiar
proyectos tecnológicos.

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