El estado Durango cuenta con gran
variedad de haciendas, balnearios y riquezas naturales que son el escenario
perfecto para unas vacaciones en familia.
Durango es uno de los destinos más
impresionantes de México. Su increíble naturaleza coronada por la Sierra Madre
Occidental le convierte en el perfecto lugar para los viajeros intrépidos y
aventureros. Posee espectaculares paisajes y cañones de hasta mil 400 metros de
profundidad; tupidos valles y bosques, gigantes depresiones como el Bolsón de
Mapimí; maravillas naturales como las Grutas de Rosario, con una profundidad de
más de 500 metros, donde se aprecian formaciones de estalactitas y
estalagmitas; así como diversos municipios que dan fe de las raíces culturales
e históricas del Estado.
Los recorridos por las haciendas,
repletas de leyendas e historias increíbles, son otros de los principales
atractivos rurales de Durango. Algunas de las más populares son la Hacienda de
Canutillo, en el municipio de Ocampo, donde Pancho Villa vivió sus últimos
años, ahora convertida en un museo con dos salas dedicadas a la Revolución
Mexicana y a la vida de este revolucionario; y la Hacienda de Pedriceña, en el
municipio de Cuencamé, en donde se imparten talleres de cultivo de sábila
(áloe) y astronomía.
Una de las más famosas es la Ex
Hacienda Ferrería, un edificio del siglo XIX localizado a 9 kilómetros de la
capital, dedicado antiguamente al beneficio del hierro. En sus cercanías
también se encuentran los vestigios de una ciudad prehispánica perteneciente a
la cultura Chalchihuite (800-1450 d.c.), que cuenta con un juego de pelota y un
centro ceremonial.
Otros municipios que vale la pena
conocer son San Juan del Río, lugar donde nació Pancho Villa y en donde se
ubica el Cañon de Catedral; y Canatlán, en náhuatl “Nido de Tierra junto al
agua”, en donde se iniciaron las huertas de manzanas “Red Delicious”, por las
que se le dio el nombre oficial de “Canatlán de las Manzanas”. Aquí, una de las
festividades más importantes es la Feria de la Manzana, realizada en septiembre
de cada año, y algunos de los atractivos principales son sus famosos corridos y
sus artesanías de cerámica.
Durango también es la tierra idónea
para los amantes de la caza, ya que pueden encontrar una gran variedad de
ranchos cinegéticos, en donde la cría especializada de venado, jabalí o
guajolote silvestre permite disfrutar de este deporte sin poner en riesgo el
balance de los ecosistemas.
Villa
del Oeste, un pueblo de película
El impactante desierto durangueño y
sus paisajes al estilo del Viejo Oeste han hecho de este Estado un privilegiado
escenario para la filmación de películas del género western. Los cinéfilos y
amantes de los filmes de vaqueros, pueden visitar los pueblos y ranchos que
ambientaran las historias de personalidades de la tallas de John Wayne, y que
siguen funcionando como locaciones cinematográficas.
Una de estas zonas en Villas del
Oeste, ubicada a 12 kilómetros de la capital, lugar donde se han filmado más de
25 películas. Actualmente se encuentra ambientado como pueblo del Viejo Oeste y
cuenta con un divertido escenario en donde se realizan espectáculos. Abre sus
puertas al público los fines de semana de 11 am a las 7 pm.
Otro sitio que vale la pena visitar en
Chupaderos, situado a 2 kilómetros al norte de Villa del Oeste, y el cual fue
recientemente remodelado.
A 44 kilómetros de la capital también
se encuentra el Rancho La joya, que fuera durante años la propiedad del Rey del
Western, John Wayne. Aun se utiliza para
rodar películas, como “Bandidas” de Salma Hayek y Penélope Cruz.
Todo
comenzó en Nombre de Dios
Es muy interesante realizar un
recorrido por el pueblo más antiguo de Durango, cuya importancia histórica
radica en que aquí tuvo lugar el comienzo de la labor misional en 1555, cuando
Fray Jerónimo de Mendoza levantó un modesto templo con el nombre de “San
Francisco de Nombre de Dios”. Se trata de un pintoresco pueblo rodeado por
llanuras, en cuyas cercanías se encuentra la cascada de 30 metros de altura que
lleva su mismo nombre.
Nombre de Dios es además un
interesante municipio rico en flora y fauna, donde muchas de las especies en
peligro de extinción como el gato montés, el venado o el jabalí viven en
perfecta armonía con el entorno.
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