“La violencia, desafortunadamente, ya es una
situación cotidiana, de fuerte presencia mediática y un tema que cotidianamente
se trata en cualquier charla. Sin embargo, la situación no queda en palabras,
ya que la violencia trae consigo numerosos efectos a nivel familiar, emocional,
de pareja, social, escolar y laboral, entre otros. Afecta directa o
indirectamente a las personas y con ello, a su entorno, a su comunidad”, comentó
el Lic. Alejandro Desfassiaux, Presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad
Industrial.
Entre las consecuencias más
destacadas, están:
Efectos
emocionales
• Las personas que son víctimas o testigos de
algún delito sufren un estrés post traumático que trae consigo alteraciones de
sueño, de carácter, de rendimiento escolar o laboral, problemas para
relacionarse con otros, temor constante e irritabilidad, entre otros.
Efectos
económicos:
• Después de un delito, la víctima procura
reponer lo robado, tiene gastos no planeados como médicos, en caso de lesiones
o estrés post traumático y gastos extras para honorarios de psicólogos y
abogados, en caso de ser necesarios.
• Tanto a nivel personal o empresarial, se
toman mayores medidas de seguridad, lo que trae consigo una inversión, sobre
todo cuando no contaban con sistemas o personal de protección.
Efectos
laborales:
• El rendimiento de la víctima baja y en
ocasiones, debe tomar
• La víctima baja en su concentración y
rendimiento escolar. Le cuesta trabajo relacionarse con sus compañeros y procura
mantenerse aislado. Se vuelve más vulnerable.
Efectos
sociales:
• La gente, ante tanta presencia mediática de
notas de violencia y delincuencia, vive en un estado constante de temor, de
inseguridad, de preocupación que la mantiene en un estrés constante.
• En algunos lugares, las personas han
comenzado a tomar acciones por sí mismas, lo cual tampoco es recomendable.
• La generación de empleos ha disminuido,
sobre todo en las zonas denominadas como focos rojos, donde la migración
personal y empresarial también se ha hecho presente.
• Los hábitos de las personas han cambiado y
salen mucho menos a divertirse o a realizar actividades que pudieran ponerlos en
riesgo.
• En general, la gente está más a la
expectativa y a la defensiva.
“El estrés y la delincuencia van de la mano.
El estrés postraumático suele presentarse después de un desastre natural o de
eventos de violencia doméstrica o bien, externa, a través de un asalto, una
violación o un secuestro, por ejemplo. Algo cambia internamente, se afectan los
nervios y el cuerpo cambia su respuesta frente al estrés”, comentó.
“Este tipo de estrés, suele manifestarse en
las víctimas a través de recuerdos reiterativos del hecho que le ocasionan
angustia, molestia y reacciones físicas ante el mismo. A través de la
insensibilidad o apatía emocional, el no recordar aspectos importantes del
evento, en evitar a otras personas o situaciones que le hagan recordar el hecho
y en dificultad para concentrarse, exagerar en las reacciones de sobresalto,
estar irritable, tener problemas para dormir y estar en constante vigilancia,
lo que trae consigo ansiedad, tensión y estrés constante. Por lo regular, el
estrés postraumático trae consigo problemas de salud, adicciones y depresión,
cuyos síntomas pueden durar en promedio 30 días”, expresó.
“Por ello, hacemos hincapié, la prevención
seguirá siendo una prioridad menos problemática y costosa que el tratamiento
para salir delante de un estrés así. Prevenir es una herramienta que todos debemos
incluir en la casa, en la calle y en el lugar de trabajo”, finalizó.
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