A Diana y Toni |
Nunca
pensé asistir a un concierto de Paul McCartney en México. Los precios lo hacían
incosteable, los boletos se agotaban en las primeras horas y no soy
particularmente fan de su música, pero sí de su
activismo en pro de los derechos de los animales.
Sir
Paul McCartney es la imagen de una campaña de PETA (Personas por la Ética en el
Trato hacia los Animales), titulada "Meat Free Monday" o "Lunes
Sin Carne". Esta es una propuesta conjunta del músico británico y sus
hijas Mary y Stella -quien es la diseñadora de ADIDAS y su línea no contiene
cuero- que invita a dejar de comer carne un día a la semana. El objetivo es
combatir el calentamiento global, concientizar sobre el impacto de nuestra
dieta en el medio ambiente y en nuestra salud y advertir sobre el maltrato
animal implícito en una dieta omnívora.
"Deberíamos
preocuparnos por el cambio climático porque si no lo hacemos vamos a dejar a
nuestros hijos y nietos en un completo desastre". "Muchos de nosotros
nos sentimos impotentes de cara a los desafíos medioambientales, y puede ser
difícil saber cómo podemos hacer una contribución para un mundo más limpio,
saludable y sustentable. Tener un día sin carne por semana es un cambio
significativo que cualquiera puede hacer y que va al corazón de varias cuestiones
éticas, ambientales y políticas al mismo tiempo", dice McCartney. quien es
vegetariano desde hace más de 30 años.
Su
transición comenzó cuando una vez casado con Linda, decidieron comprar una casa
en la campiña y criar animales. Un domingo, mientras comían cordero asado,
miraron a las ovejas que correteaban en el pasto y pensaron: "Estamos
comiendo uno de esos seres que ahora juega allá afuera. No queremos eso",
cuenta Paul.
A
partir de ese momento, disminuyeron su consumo de animales hasta hacerse vegetarianos. "Es la mejor
decisión que he tomado", dijo Paul a Ingrid Newkirk, Presidente de PETA.
Obviamente, el cambio en su alimentación llevó consigo una postura más firme
respecto al resto de las áreas donde los animales son utilizados: espectáculos,
laboratorios y vestimenta.
Una
serie de factores se conjuntaron para que asistiera al concierto del ex Beatle
en el zócalo capitalino. Mi buena suerte hizo que un periodista de Once Tv me
reconociera y ayudara a llegar hasta la Plaza de la Constitución -ya no se
permitía el acceso desde hacía horas- desde donde pude apreciar en las
pantallas gigantes, a este creativo septuagenario vegetariano.
Niños,
adolescentes, jóvenes, adultos, gente de la tercera edad tuvo la oportunidad de
disfrutar gratuitamente de un buen espectáculo cultural. Porque la música sí es
cultura, no la tortura de animales. Daba gusto verlos bailar, sonreír y corear
las canciones durante más de una hora que duró el concierto que reunió a más de
80 mil personas.
Paul
es un hippie de corazón. Por más que vista impecablemente y con prendas
probablemente de finas marcas, lo que él representa es histórico: una época de
ideales, de romper cánones, de despertar de la conciencia y de liberación en
muchos sentidos. Sus canciones hablan de amor, de sueños, de magia, del
universo, de paz. Me hizo desear que hubiera más hippies como él, que utilicen
su fama para difundir un mensaje de respeto a otras especies.
A
mi ciudad le hizo bien este espectáculo, a mí me también. Cuando coreamos la
canción "Give Peace a Chance", el público hizo con los dedos el signo
de amor y paz, y fue como si en ese momento, olvidáramos que vivimos
diariamente inmersos en olas de violencia, de la que estamos continuamente
informados, y del malestar que eso nos genera. Hablar ingés o no era lo de
menos, la letra parecía formar parte de una antigua y por todos conocida
sabiduría.
Los
granaderos bajaron la guardia -había uno que en su escudo llevaba una
calcomanía de The Beatles- y todos juntos mandamos, conciente o inconscientemente,
ese mensaje de anhelo de paz.
Quiero
creer que alguien que lleva la paz a su dieta y no consume el dolor de otros
animales, logra transmitirlo con su sola presencia. Paul McCartney es excelente
músico y lo que me hace admirarlo más es que es coherente con la idea de mundo
que transmite en sus canciones.
Fuente:
Dra.
Leonora Equivel Frías
Fundadora
de AnimaNaturalis Internacional
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