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XX Juegos Nacionales deportivos y culturales de las Personas Adultas Mayores

Con la certeza de impulsar acciones basadas en el respeto a los derechos de los adultos mayores, que aseguren su participación en actividades que estimulen el uso pleno de sus capacidades, se llevó a cabo la vigésima edición de los Juegos Nacionales (del 21 al 25 de septiembre de 2009), evento que cumplió con el objetivo de fomentar la actividad física entre esta población y de mostrar al resto de la sociedad su bagaje cultural.

Estos Juegos Nacionales, únicos en su género en el mundo, han constituido a lo largo de dos décadas un espacio en el que mujeres y hombres de sesenta años de edad o más de todo el país son testimonio fiel del envejecimiento activo, sano y exitoso; aquí se reencuentran con los amigos y recuerdan con alegría las emociones de pasadas contiendas, motivados siempre en el próximo encuentro.

A través de las disciplinas deportivas y las actividades culturales que se desarrollaron en este ambiente de fiesta y cordialidad, los más destacados en las etapas municipales y estatales convivieron y mostraron diversas maneras de pensar y de sentir, que los identifica como grupo de activos deportistas mexicanos.

Su participación contribuyó al rescate y preservación del arte y la cultura, patrimonio intangible de las diferentes etnias y culturas de México, respondiendo a la expectativa de mostrar el dominio que sobre sus destrezas y habilidades desarrollan en distintas disciplinas, haciendo valer que la vejez es una etapa más del desarrollo humano, llena de posibilidades .

Los Juegos Nacionales fueron escenario de resultados exitosos en donde los participantes dieron el ejemplo de valores socialmente positivos, contribuyendo para que este evento continúe siendo un referente en favor de una existencia prolongada y saludable que, apoyada en el deporte y la cultura, les permite continuar con una vida activa.

Alcanzar los propósitos de los XX Juegos Nacionales representó para el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores la satisfacción del deber cumplido y el compromiso de incrementar las alternativas que por treinta años ha organizado para su atención y desarrollo, con la convicción de que favorecer su independencia y realización impulsa su participación en una nueva cultura del envejecimiento.

Fuente: INAPAM