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lunes, 16 de mayo de 2011

Ayuda ayudando



Misión Ixtapaluca, Estado de México

Por: Héctor Ramos

“Me alcanza para un plato”, dijo la señora Esther al recoger el último de los veintitantos frijoles que se habían salido del costal.
Al igual que Esther habían otras tres damas que mientras levantaban los frijoles caídos revisaban que no hubiese algún otro regado por ahí. El detalle que impacta a Brake Over es que todas las semillas eran un obsequio para estas señoras, pues era una ayuda que se había llevado en favor de ellas.
Eran las once de la mañana con algunos minutos y el sol quemaba las láminas de “La capilla de nuestra señora de Guadalupe” en la comunidad de “La nopalera”, asentamiento humano que está entre los cerros Tejolote grande y chico en Ixtapaluca, Estado de México.
Sin pronunciarnos por alguna religión en específico, en este sitio se puede observar que cuando existe “La fe” no es necesario edificar grandes y lujosos templos, pues aquí se demuestra que el Dios al que cada uno se refiere, está en el lugar a donde sea llamado.
La capilla de “Nuestra señora de Guadalupe” es un recinto religioso hecho con dos paredes de ladrillo y cubierto por quizá una docena de láminas, mismas que son detenidas con algunos palos y una pila de cemento. El piso es de tierra y es aquí donde cada domingo o día festivo se lleva a cabo el culto religioso, el cual es presenciado por apenas un par de imágenes de Cristo.


Los domingos, la misa se celebra en punto de las 10 de la mañana, al finalizar mamás y niños se quedan en la capilla a recibir el catecismo, enseñanza impartida por una mujer igual que doña Esther, es decir, propiamente no es una religiosa o alguien que pertenezca directamente a la Iglesia católica.
“Ya que les interrumpimos su catecismo vamos a aprovechar el tiempo. A todos les trajimos un regalito… los niños hagan una fila aquí, primero los despachamos a ellos y luego les toca a sus mamás”, dijo Rosario Ramírez, fundadora de Ayuda Ayudando.
Inmediatamente los niños hicieron una sola fila y sin estarse aventando recibieron con agrado “el detalle” que se les había llevado: una bolsa de papel celofán en la que en su interior había una pequeña libreta, una pluma o lápiz y una pulsera.


Quizá para algún otro infante podrían ser simples baratijas, sin embargo la felicidad y emoción que expresaban los ojos de estos niños reflejaban el agradecimiento por el obsequio que habían aquilatado como si fuese oro.

-          ¿Ya tenías libreta? – pregunta Brake Over a un menor.
-          De éstas no y me la voy a llevar a la escuela, dijo un niño de no más de seis años mientras se regocijaba con sus regalos.

Niñas y niños por igual recibieron artículos que les serán de utilidad para su diario acontecer y fechas especiales; por ejemplo Jimena recibió un vestido que le servirá para engalanar su próximo cumpleaños. “Es mi vestido de princesa”, dijo sonriente la niña.
“Ahora le toca a las mamás. Hemos traído ropita para que se vean más guapas. Hagan una fila alrededor de las mesas y escojan lo que les sirva”, fue la nueva instrucción de Rosario.
Las casi 30 señoras que estaban ahí se pararon junto a las mesas y con atención veían y seleccionaban lo que a ellas les gustaba. Habían prendas para ellas y sus hijos, ropa que si bien no era nueva, si se encontraba en muy buenas condiciones.

-          Mira, estos zapatos igual te quedan -, le dijo una a otra.
-          Tal vez, me los voy a probar -, respondió mientras tiraba el calzado al suelo para introducir sus pies.

La ropa había sido acomodada en dos mesas largas de la capilla, - seguramente en donde cada domingo se improvisa el altar -, y las señoras sólo tomaban lo que a ellas les pudiera funcionar, lo que no lo dejaban. Por su parte, los niños se acercaban con sus mamás y decían: “¡mira, para mi hermanita!”


Llegar hasta “La nopalera” le costó a la caravana de Ayuda ayudando poco más de una hora de camino, desde la autopista México-Puebla hasta la capilla. Esta travesía fue realizada en la comodidad de tres automóviles tripulados por seis mujeres.
Sin embargo, para los habitantes de esta comunidad el llegar hasta sus hogares, escuelas o centros de trabajo, el tiempo del trayecto no es tan reducido, pues primeramente no hay calles pavimentadas, el servicio de luz es improvisado y carecen de abasto suficiente de agua.
“Un niño me estaba contado que para llegar a su escuela tiene que salir de su casa, ir para abajo, volver a subir y luego caminar otro rato”, dijo Marcela Ochoa, activista de Ayuda ayudando a Brake Over. “Luego le pregunté: ¿bajar y subir a dónde? y el niño respondió que tenía que bajar una barranca, luego subir otra para después caminar otros 20 minutos”, explicó Marcela.



Simplemente: hacer el bien
“¿Tienes algo que ya no uses y esté en buen estado?, dámelo y se lo vamos a llevar a alguien que si lo necesite, apunta Eber Citlali Hernández activista de Ayuda ayudando. De lo que se trata es hacer acopio de ropa y artículos que estén guardados en algún closet por desuso y que le puedan servir a alguien.
“¿Qué que ganamos con esto? Pues simplemente el llevar a alguien un buen momento con el que quizás se pueda inspirar un cambio para una mejor vida”, afirma Rosa María Avila, activista de esta organización.
La iniciativa de Ayuda ayudando nace en noviembre de 2010 como resultado de un sueño de Rosario Ramírez, quien convoca a Gaby Lu Sol, Griselda García, Eber Citlali Hernández, Ivonne Orta, Rosa María Ávila y  Marcela Ochoa para que juntas comiencen sus primeros pasos como organización civil.
“A partir del mes de enero de este año (2011) comenzamos con las misiones; en abril, por ejemplo, fuimos a una Iglesia que está entre Ixtapaluca y Chalco, ahí nos dieron la referencia de la capilla de “Nuestra señora de Guadalupe”, pues nos avisaron que ahí eran absolutamente pobres y que el donativo les iba a servir de mucho”, dijo la fundadora.
Ayuda ayudando es un grupo de mujeres que no está dada de alta legalmente, sin embargo esto no les impide llevar frijol, arroz, ropa y juguetes a diferentes comunidades ubicadas en la periferia del Distrito Federal. “Son zonas de alta marginación que requieren de todo y cualquier apoyo sería insuficiente, lo que se busca es que por lo menos el día en el que vamos tengan algo para solventar alguna necesidad. Si llevamos frijoles, pues al menos eso tendrán ese día”, señala Ivonne Orta.
“Estamos considerando la posibilidad de formalizar esta organización, de registrar nuestro logo y de darnos de alta. En vía de mientras seguiremos llevando lo que podamos a quien lo necesite y la idea es que también tengamos la capacidad de ofrecer pláticas para las mamás y los niños; tal vez sexualidad y estrategias para defenderse del abuso sexual, entre otras”, apunta Rocío López de Ayuda ayudando.

Apoya a Ayuda ayudando
  • ¿Eres psicoterapeuta y te gustaría auxiliar a comunidades marginadas?
  • ¿Eres profesional de la salud y te gustaría regalar un domingo para ayudar a quien lo necesite?
  • ¿En tu closet hay mucha ropa que ya no uses?
  • ¿Sabes de alguna comunidad que requiera apoyo?


Contacta a las activistas de Ayuda ayudando, quienes agradecerán tu donativo.
Mail: ayuda-ayudando@groups.live.com

3 comentarios:

Unknown dijo...

Felicidades!! Hacen falta más personas con iniciativa y ganas de ayudar, yo me apunto!!

Anónimo dijo...

Gente como ustedes hace que este mundo siga en pie, yo también me apunto soy del Edo. de México, tengo ropa que puede servir y los fines de semana puedo ayudar cargando o la labor que ustedes necesiten, en serio me gustaría contribuir a la causa, mi correo es; superkenny15@hotmail.com

Espero su respuesta

Unknown dijo...

Muchas gracias Super Kenny

Ya se mandó tu ofrecimiento a Ayuda ayudando. También es por personas como tú que estos proyectos tienen sentido. Saludos