Hasta hace una década, el ladrón de banco tenía una banda y un modo de operar casi inamovible. Cada rol delictivo estaba perfectamente delimitado. Así, uno era el que ejercía el papel de “marcaje”, otro avisaba a la pareja que esperaba en las inmediaciones en un automóvil o motocicleta y uno más el que iniciaba el asalto lejos de la sucursal bancaria a víctimas generalmente solitarias.
Durante mucho tiempo el rol de marcaje lo ejerció un empleado del propio banco, generalmente del área de cajas, pero también solían realizar esta vigilancia y elección de víctimas pseudo clientes que esperaban realizar una transacción y vigilantes de seguridad privada. Uno de los “disfraces” más socorridos para efectuar el trabajo se destinaba a una mujer que tenía un niño en brazos. La banda de ladrones estaba integrada por cuatro o seis personas.
Los montos de cada robo –bastaba entonces con amagar con un arma de fuego, rara vez se agredía realmente a la víctima- era de cien mil pesos el promedio.
Liliana Martínez, diseñadora gráfica de 27 años de edad, solicitó el retiro de 53,000 pesos de su cuenta que requería para pagar la impresión de una revista en una sucursal Banamex de la colonia Lindavista. El cajero tardó en atenderla y comenzó a repetir, al parecer de manera sin sentido.
-Una liga, una liga. Necesito una liga.
Después de esto entregó la cantidad solicitada. Siete cuadras más adelante, cuatro hombres con pistola en mano la despojaron de su bolsa con el dinero.
-No hay duda que el cajero estaba concluido con los bandidos, reflexiona ahora.
Actualmente el robo en sucursales bancarias desciende abruptamente.
En 2007 se perpetraron 328 robos y en 2010 se contabilizaron 701 asaltos con un monto promedio de 30 millones de pesos, 25% más que el año anterior.
“Los golpes espectaculares, dignos de películas, son cosa del pasado. Ahora se privilegian acciones más discretas como el robo a cuentahabientes que genera menos riesgos y se actúa en solitario o sólo con un cómplice. La logística es más sencilla y el nivel de impunidad más bajo, ” refiere Alejandro Desfassiaux, Presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial.
Esta firma de seguridad privada dice que actualmente quien roba a un cuentahabiente lo hace en 67.8% con un arma de fuego. “El 52% de este tipo de ilícitos los cometen dos personas. El 87.5% lo realizan hombres, 0.5% mujeres y 12% hombres y mujeres. El 41.3% no están bajo el influjo de alcohol o de drogas”, refiere el directivo.
La edad promedio del ladrón bancario es de 26 a 35 años en 39.8% de los casos, y de 18 a 25 en 32.2% de las veces.
De acuerdo a GMSI, los días que mayores robos a bancos se presentan es al mediodía de los lunes y viernes, mientras el robo a cuentahabientes tiene mayor incidencia después de las 17:30 horas. Las calles que circunscriben las sucursales bancarias son las que mayores robos reportan los usuarios.
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