Por: Brake Over Staff
Ante la negativa, el GDF dio una “segunda oportunidad” para los automovilistas “morosos” e implementó un nuevo mecanismo para que todos los propietarios de coches y camionetas hagan su respectivo trámite.
¿Qué sucedería si él un millón 200 mil automovilistas vuelve hacer caso omiso de las disposiciones oficiales y se desdeña la “segunda oportunidad”?
¿Habrá que imaginar?
Con palabras de lo que ha dicho Javier Sicilia, (“el mecanismo que tenemos para hacernos escuchar es la DESOBEDIENCIA CIVIL), se podría elucubrar un nuevo mensaje:
Qué él un millón 200 mil automovilistas no haga el cambio de la tarjeta nunca.Qué sea un compromiso de todos y qué en verdad nadie lo haga.
Nuevamente parafraseando al poeta morelense: ¡Unidos somos invencibles!
Argumento del GDF
“Es importante conocer al dueño de la unidad porque en 85 por ciento de los delitos está involucrado un vehículo”, Marcelo Ebrard
Para conseguir la nueva tarjeta de circulación con chip hay que presentar documentos como: comprobante de domicilio del titular (recibo telefónico), credencial de elector del titular, carta factura de la unidad (en la que se especifica marca, modelo y valor comercial), tarjeta de circulación existente y las cinco tenencias anteriores.
En otras palabras, el dueño del vehículo queda plenamente identificado ante la Secretaría de Transportes y Vialidad (Setravi) y todos estos datos serán introducidos al famoso “chip” que cualquier tecnología apócrifa puede leer y/o falsificar.
Bajo la lógica del Jefe de Gobierno, los ciudadanos del Distrito Federal estarían a salvo del crimen organizado, pues como todos los vehículos tendrían su chip, el criminal se abstendría de ocupar una unidad para perpetrar el delito.
De acuerdo a la realidad, esto está muy lejos de la verdad, ya que un documento como la tarjeta de circulación con chip aporta a los delincuentes información confidencial con lo que los ciudadanos todavía son más vulnerables a sus atentados.
Aunado a esto, y de acuerdo a la vox populli, el trámite sólo sirve para hacerle perder tiempo y dinero a la ciudadanía, pues es un negocio que a las arcas del DF le pueden representar al menos la cantidad de 360 millones de pesos, que está por demás decirlo, luego no se sabe a dónde van a parar.
Si la intención del Jefe de Gobierno fuera franca, tal vez sería suficiente con aplicar “multas enérgicas” a los propietarios de vehículo cuya unidad no esté debidamente acreditada como de su propiedad, lo cual no sería difícil de detectar ante candados como la tenencia vehicular o la verificación vehicular ambiental.
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