Acelera
la presencia de alguna enfermedad crónica en quienes tienen factores de riesgo
y causa dificultades gastrointestinales
El
mal manejo de estrés mantiene o agrava enfermedades físicas como diabetes,
hipertensión, problemas gástricos y alérgicos, o de salud mental como
trastornos de la alimentación, depresión, ansiedad, estrés postraumático u
otros.
El
estrés es una respuesta sana y adaptativa a un evento, pero cuando en exceso
desarrolla una serie de respuestas fisiológicas que alteran el corazón, aumenta
la presión arterial, se agita la respiración, se tensan músculos y se
experimenta una sensación desagradable de ansiedad.
El
comportamiento de angustia constante hasta por asuntos llevaderos genera estrés
crónico que dura más de tres meses, con lo cual las personas se vuelven
irritables, hay conductas rápidas al hablar, caminar, poca concentración,
actuar de forma mecánica y olvido.
Además,
se acelera la presencia de alguna enfermedad crónica en quienes tienen factores
de riesgo, hay dificultades gastrointestinales, que si son permanentes o
continuas se convierten en gastritis o colitis.
Recomendó
a quien tiene problemas de estrés tomarse unos minutos para hacer respiraciones
diafragmáticas lentas y profundas y practicar la relajación muscular, ya que
además de descansar los músculos, dan tranquilidad mental, reducen el enojo, la
tristeza, preocupaciones y los pensamientos negativos.
Asimismo
dijo, en momentos de estrés, hay que evitar el consumo de café, té y productos
Light porque contienen cafeína y ésta incrementa la actividad del sistema
nervioso, en consecuencia hay presencia de ansiedad y estrés.
También
recomendó reducir la ingesta de carnes rojas y aumentar la cantidad de verduras
y frutas, alimentos relajantes como el yogurt, almendras, leche tibia o
chocolate, tener una buena higiene del sueño con ejercicios de relajación antes
de conciliar el sueño, evitar el mal hábito de tener la televisión prendida
para dormir y descansar por lo menos seis horas diarias.
También
ayuda la práctica continua de la actividad física, ya que además de evitar el
estrés, relaja y fortalece los músculos y el cuerpo.
El
control del estrés repercute de manera favorable en los padecimientos que
desencadena y exacerba, ya que se reducen los síntomas de gastritis o los
episodios de hipertensión arterial.
Finalmente,
la especialista subrayó la necesidad de la atención del estrés porque la
pérdida de la capacidad de concentración, del gusto por las cosas y la vida,
ocasiona conductas rápidas, alteraciones del sueño, preocupación excesiva,
irritabilidad y ansiedad permanente que conducen al paciente a depresión, con
pérdida de la alegría, dolores físicos, pesimismo, sentimientos de devaluación,
inseguridad y desconfianza.
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