¡Nadie quiere miel con
transgénicos!
No al menos en países como Alemania, principal comprador de la
miel de alta calidad que se produce en el estado de Yucatán y el cual ya ha
comenzado a solicitar costosas pruebas de laboratorio para asegurar la ausencia
de organismos genéticamente modificados en el polen, luego de que el gobierno
federal autorizara la siembra de 30 mil hectáreas de soya transgénica en la
península.
Apicultores, empresarios,
investigadores y ambientalistas advirtieron en conferencia de prensa en el
estado de Yucatán, que está en riesgo la producción y comercialización de miel
por la presencia de polen contaminado con OGM por lo que solicitaron al
gobierno del estado que exija la anulación de dichos cultivos a la Secretaría
de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
En Yucatán se encuentra el 40
por ciento de la producción de miel a nivel nacional de la cual dependen más de
16 mil apicultores. México se encuentra en el tercer lugar en exportaciones a
nivel global y ante el riesgo del cierre de mercados que plantea la
contaminación de la miel por la presencia de polen transgénico, los ponentes
solicitaron la urgente prohibición de siembras a campo abierto de cualquier
cultivo transgénico.
El destino de la miel del
estado es principalmente Alemania, cuyos importadores, alertados por el caso de
contaminación con polen transgénico en Baviera, que llegó hasta el Tribunal de
Justicia de la Unión Europea, han solicitado medidas para asegurar que sus
importaciones no contengan presencia de ningún tipo de organismo genéticamente
modificado (OGM).
“El gobierno mexicano, las
Naciones Unidas y múltiples empresas y fundaciones han venido financiando la
construcción de un sector económico y social productor de miel de alta calidad,
la cual representa la primera o segunda fuente de ingresos para más de 40 mil
familias, la mayoría de origen rural e indígena del pueblo Maya. Esta actividad
permite hacer un uso racional y conservar más de 4 millones de hectáreas de
selvas subtropicales. Estos beneficios se verán severamente disminuidos si,
como en 1995 y en 2004, se derrumban los precios internacionales de la miel
mexicana, esta vez a causa de la –ya evidente- contaminación con polen de
plantas transgénicas como la soya. Lo que ocurrió a una cooperativa exportadora
de miel de Campeche a Alemania cuyo producto fue rechazado en esta temporada,
seguramente se repetirá con el resto, ahora que los análisis son obligatorios”,
advirtió el director de la Oficina del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) para la Península de Yucatán y Tabasco, Xavier Moya García.
“Llamamos a los gobiernos
local y federal a que protejan una de las principales exportaciones del país y
que reconozcan que una miel libre de OGM representa una ventaja comparativa
dentro del mercado internacional. La producción de miel en el país está en
riesgo. Alemania ya ha comenzado a solicitar costosas pruebas de laboratorio
para asegurar la ausencia de organismos genéticamente modificados”, declaró
Miguel Ángel Munguía de la organización EDUCE-Cooperativa, especializada en la
exportación de este y otros productos de alta calidad al mercado europeo.
“En España, único país de la
Unión Europea en que el Gobierno ha tolerado el cultivo de transgénicos a gran
escala, los transgénicos contaminan, generan daños económicos para los
productores agrarios y ganaderos, y destruyen el derecho a elegir de quienes
quieren cultivar sin transgénicos”, afirmó Juan-Felipe Carrasco, responsable de
la campaña de Agricultura sostenible de Greenpeace España.
Si el gobierno pretende que
México siga participando dentro del mercado internacional es urgente la
prohibición de los cultivos transgénicos.
“Los cultivos transgénicos no
producen más que los cultivos convencionales, no pueden hacer frente a los
extremos del clima, no acabarán con el hambre en el mundo y sí están generando
nuevos problemas para los agricultores, razones de sobra para decir no a la
siembra de transgénicos en el país”, concluyó Aleira Lara, coordinadora de la
campaña de Agricultura sustentable y transgénicos de Greenpeace México.
Fuente: Greenpeace

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