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miércoles, 5 de septiembre de 2012

Nueva violencia de género

En México 80% de las mujeres sufre o presentó  violencia económica en el hogar y ahora esta modalidad aparece también como un arma de coacción laboral  dice Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista.

Al evaluar tipologías predominantes de agresión en el trabajo y hogar contra mujeres, el jurista detectó que asciende la violencia económica o “desquite financiero” para obligar a la víctima a realizar determinadas tareas o asumir determinados comportamientos. Incluso para asegurar el “cumplimiento” lo que se espera de ella.
En el trabajo este tipo de violencia se ejerce al no pagar bonos o prestaciones, e incluso se presenta la  reducción arbitraria de sueldo mientras en casa, comúnmente la pareja controla las percepciones de la mujer aunque sea ella quien aporte dinero al hogar de forma simultánea o única.
“El dinero se convierte en un arma de control y abuso. No se trata, como comúnmente asumimos, que el marido da insuficiente dinero para manutención de la familia y hogar, sino que toma el control de las percepciones de la mujer y así determina en qué y cómo gasta cada peso”, comenta Manrique.
Mientras en casa la violencia económica se da mediante el control monetario, en las empresas se instaura la figura de “descuentos” o moratoria de pagos. En el 90% de los casos quien ejerce este tipo de violencia es un hombre contra una mujer y el objetivo es disminuir su confianza, generar dependencia, sentimiento de no valía y ejercer un control férreo sobre comportamiento.
“En este tipo de violencia económica a menudo está implicada una coacción de tipo sexual, aunque no se descarta que existan móviles criminales como obligar a una mujer a ser cómplice de delitos como extorsión o fraude”, refiere Manrique.
El Rector del Colegio Jurista dice que este tipo de violencia induce a la autoculpa: “no soy lo suficientemente  capaz, eficiente, centrada…para merecer este dinero”. En una sociedad en la que acostumbramos  tasar el valor monetariamente, la violencia financiara genera gran inseguridad y dolor”.
Estadísticamente, las víctimas de violencia financiera proceden de todas las clases socieconómicas y culturales. “La edad prevaleciente de las víctimas son mujeres de 30 a 50 años de edad que viven en área metropolitana, Guadalajara y Monterrey”, dice Manrique.
En el trabajo existen  sectores económicos donde más se ejerce este tipo de violencia. “Son los llamados tradicionales como construcción o seguridad, aunque se detectan muchos casos en pymes familiares y de asistencia privada”. La víctima de violencia económica en el trabajo “abarca a mujeres que ejercen diversos oficios y profesiones”.

Algunos tipos de violencia económica:
Postergar pagos
Realizar descuentos por “fallas” o “incompetencia”
Evitar pagar por ser “prueba” laboral para contratación o ascenso
No pagar bonos o percepciones variables
Descontar viáticos
Penalizar errores
“Confiscar” el sueldo para una mejor administración de los gastos familiares
Obligar a reportes minuciosos de en qué se gasta el dinero
Evitar que la víctima tenga una cuenta bancaria propia
se controlan, limitan o niegan recursos monetarios o se impide el acceso a bienes y servicios que pongan en peligro la sobrevivencia de algún miembro de la familia.
Se utilizan, destruyen o desaparecen  objetos personales.
Monopolizar el poder económico.

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