![]() |
| En México 80% de las mujeres sufre o presentó violencia económica en el hogar y ahora esta modalidad aparece también como un arma de coacción laboral dice Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista. |
Al evaluar tipologías predominantes de
agresión en el trabajo y hogar contra mujeres, el jurista detectó que asciende
la violencia económica o “desquite financiero” para obligar a la víctima a
realizar determinadas tareas o asumir determinados comportamientos. Incluso
para asegurar el “cumplimiento” lo que se espera de ella.
En el trabajo este tipo de violencia se
ejerce al no pagar bonos o prestaciones, e incluso se presenta la reducción arbitraria de sueldo mientras en
casa, comúnmente la pareja controla las percepciones de la mujer aunque sea ella
quien aporte dinero al hogar de forma simultánea o única.
“El dinero se convierte en un arma de control
y abuso. No se trata, como comúnmente asumimos, que el marido da insuficiente
dinero para manutención de la familia y hogar, sino que toma el control de las
percepciones de la mujer y así determina en qué y cómo gasta cada peso”,
comenta Manrique.
Mientras en casa la violencia económica se da
mediante el control monetario, en las empresas se instaura la figura de
“descuentos” o moratoria de pagos. En el 90% de los casos quien ejerce este
tipo de violencia es un hombre contra una mujer y el objetivo es disminuir su
confianza, generar dependencia, sentimiento de no valía y ejercer un control
férreo sobre comportamiento.
“En este tipo de violencia económica a menudo
está implicada una coacción de tipo sexual, aunque no se descarta que existan
móviles criminales como obligar a una mujer a ser cómplice de delitos como
extorsión o fraude”, refiere Manrique.
El Rector del Colegio Jurista dice que este
tipo de violencia induce a la autoculpa: “no soy lo suficientemente capaz, eficiente, centrada…para merecer este
dinero”. En una sociedad en la que acostumbramos tasar el valor monetariamente, la violencia
financiara genera gran inseguridad y dolor”.
Estadísticamente, las víctimas de violencia
financiera proceden de todas las clases socieconómicas y culturales. “La edad
prevaleciente de las víctimas son mujeres de 30 a 50 años de edad que viven en
área metropolitana, Guadalajara y Monterrey”, dice Manrique.
En el trabajo existen sectores económicos donde más se ejerce este
tipo de violencia. “Son los llamados tradicionales como construcción o
seguridad, aunque se detectan muchos casos en pymes familiares y de asistencia
privada”. La víctima de violencia económica en el trabajo “abarca a mujeres que
ejercen diversos oficios y profesiones”.
Algunos
tipos de violencia económica:
Postergar pagos
Realizar descuentos por “fallas” o
“incompetencia”
Evitar pagar por ser “prueba” laboral para
contratación o ascenso
No pagar bonos o percepciones variables
Descontar viáticos
Penalizar errores
“Confiscar” el sueldo para una mejor
administración de los gastos familiares
Obligar a reportes minuciosos de en qué se
gasta el dinero
Evitar que la víctima tenga una cuenta
bancaria propia
se controlan, limitan o niegan recursos
monetarios o se impide el acceso a bienes y servicios que pongan en peligro la
sobrevivencia de algún miembro de la familia.
Se utilizan, destruyen o desaparecen objetos personales.
Monopolizar el poder económico.

No hay comentarios:
Publicar un comentario