Existen tres nuevas modalidades de discriminación laboral en todos los sectores económicos pero predominan en las firmas trasnacionales. Se trata de las modalidades tecnológica, noticiosa y social. Las tres son producto de la infoxicación o síndrome de exceso de información a la que estamos expuestos, dice Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista.
“En el último quinquenio se han documentado
más casos de este tipo de discriminación laboral en los centros de trabajo de
economías emergentes. Los últimos reportes de organizaciones como la OIT
muestran que Brasil y México son naciones líderes en estas nuevas formas de
segregación laboral, particularmente en empresas trasnacionales”, refiere
Manrique.
La discriminación tecnológica se caracteriza
por minimizar, ignorar o sobajar  a
quienes desconocen el uso y novedades de gadgets como celulares,  iPod o reproductor,  computadora portátil y cámara de fotos o
video. En medio de nuevos productos tecnológicos y la carrera por innovar cada
vez más esos productos tecnológicos, los consumidores asumen que quien
desconoce actualizaciones, nuevos usos o versiones  tiene conocimientos caducos y visiones
obsoletas.
La inmediatez noticiosa, por otra parte,
también genera que quien no sepa de manera instantánea la actualización de
noticias de negocios, espectáculos, deportes o policía “vive fuera de este
mundo y no debe considerarse para cosas más serias o involucrarlo en los
equipos de trabajo laborales”, comenta el Rector.
Finalmente, la discriminación social no se
establece con personas poco gregarias o reacias a entablar un diálogo cordial
con compañeros de trabajo, sino a quienes no son populares en las redes
sociales, desconocen los temas más populares en ellas (hashtags) o de plano se
rehúsan a estar en Twitter, Facebook, Linkedin, Flickr o Youtube para citar a
las más populares.
En las organizaciones donde se detectan las
nuevas formas de discriminación, las conductas contra la víctima va desde
ignorarla, imponerle la “ley del hielo”, desdeñar su punto de vista, burlarse abierta
o soterradamente, imponerle apodos o “meterle el  pie” en el trabajo.
De acuerdo al Rector, “todas las formas de
discriminación surgen de una gran ignorancia y desconocimiento de los otros,
incluso de si mismos. En estos momentos, los nuevos tipos de discriminación
denotan la excesiva valoración que damos a la 
tecnología y la información, al grado de que efectivamente presentamos
una infoxicación que anteponemos a la comunicación, el diálogo y razonamiento”.
Jorge Manrique alertó que tales sistemas de
discriminación “tienen una contraparte en las escuelas y de una manera muy
cruenta a través del bullying por las mismas causas. En aras de la información,
perdemos lo esencial que es el contacto cara a cara para preservar las bondades
de la tecnología de la información y las redes sociales e Internet en
concreto”, finalizó.
 

 
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