Los empresarios catalogan a sus colaboradores entre los que generan
valores agregados a la firma y los que sólo cumplen su función de manera
limitada. Lo que diferencia a unos de otros son ocho acciones de acuerdo a
Mario Rizo, socio de Salles Sainz Grant Thornton.
Los trabajadores exitosos tienen muy arraigados los siguientes hábitos
de acuerdo al consultor de empresas:
1. Se comprometen a crecer diariamente.
Saben que cada paso que dan aumenta su propio potencial. “Los pasos
diarios y cortos no son señal de lentitud sino de perseverancia”.
2. Valoran el proceso por encima de los sucesos. Un acontecimiento dura
sólo un instante, pero la permanencia se logra con esfuerzos continuos, “es
conveniente que el camino que se siga no tenga paradas ni retrocesos, donde se
sabrá aprovechar toda oportunidad de mejorar”.
3. No esperar inspiración externa. Jerry West, famoso jugador de
baloncesto, lo enunció de la siguiente forma: “No podrá conseguir mucho en la
vida quien trabaja únicamente los días en que se siente bien. Las personas que
lograr cumplir sus metas, lo hacen porque se motivan a sí mismas y dan lo mejor
de sí todos los días”.
4. Priorizar la oportunidad al placer. “Una de las lecciones más
importantes que aprendí de mi padre es paga ahora, disfruta después. Si decides
esforzarte desde el comienzo, entonces las recompensas finales llegarán más
rápido y resultarán mucho más satisfactorias”
5. Soñar a lo grande. El potencial que existe en nuestro interior es
ilimitado.
6. Establecer prioridades. Ser eficaz implica tener la habilidad de
manejar el tiempo para
lograr resultados. Lo primero y más importante es la
organización. Conviene tener un plan en el que se definan los tiempos que
tomará realizar cada actividad, donde se pongan metas a cumplir en determinados
períodos. De esta forma se logrará aprovechar cada espacio disponible sin
olvidar los puntos clave para alcanzar lo propuesto.
7. Esforzarse. Nada valioso se consigue sin esfuerzo.
8. Valorarse y evaluarse. En muchas ocasiones solemos darnos por
vencidos al vernos fallar, pero una caída no es más que un recordatorio de que
jamás debemos bajar la cabeza ni dejar de esforzarnos.
Rizo asegura que a lo largo de su carrera profesional, donde observó,
interrogó y experimentó diferentes estrategias de trabajo con diferentes
profesionistas de empresas de todos los tamaños y giros, “detecté que sin
importar la profesión, empresa o sector económico en el que estuvieran
involucrados, los colaboradores más valiosos realizaban las acciones que ya
enumeré. Su único denominador es la perseverancia”.

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