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jueves, 25 de octubre de 2012

Blanqueadores de capitales: el enemigo en la empresa

Crece 30% número de profesionistas blanqueadores de capitales en los últimos tres años que dañan a las organizaciones en las que se infiltran con problemas legales, mala reputación, riesgos operativos, concentración crediticia y otros.


Aunque la mayoría de ellos opera en organizaciones  financieras, en diversos sectores cada vez aparecen más casos de empleados que realizan ese ilícito de acuerdo a Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista.
Generalmente los profesionistas que lavan dinero trabajan en bancos, casas de bolsa o de cambio, aseguradoras, transmisores de fondos, finanzas populares o inmobiliarias, pero ya se extendieron más allá del sector financiero. Ahora también se desempeñan como corredores de arte, concesionarios automotrices, prestadores de servicios profesionales o dentro de la  hotelería, turismo y otros.
“Por sus conocimientos, relaciones y apariencia son criminales miméticos que se desarrollan en ambientes empresariales, políticos y sociales pero realizan ilícitos que generan inestabilidad económica, problemas sociales, fiscales y monetarios”, comenta Manrique.
En general son empleados con más de cinco años de antigüedad en la empresa, ocupan un puesto de confianza, tienen a su cargo muchas funciones y rehúsan salir de vacaciones y/o delegar trabajo. “Son los últimos en salir de la oficina al terminar la jornada laboral, mantienen un bajo perfil en la empresa e incluso recurren a préstamos que pagan con descuentos de nómina”, menciona el experto.

Manrique enfatiza que existen métodos profesionales para detectar el blanqueamiento de capitales, pero los siguientes comportamientos  son indicadores del ilícito:

  1. Actividad en efectivo acumulado durante un periodo determinado.
  2. Cambio constante de domicilio.
  3. No desean dar información de antecedentes personales al momento de solicitar un crédito.
  4.  Tratan de solicitar un crédito sin identificación, referencia o domicilio local.
  5. El domicilio permanente del cliente se encuentra fuera del área de servicio.
  6. Súbitamente pagan un préstamo vencido sin una explicación plausible sobre la fuente de los fondos.
  7. Garantiza un préstamo con depósitos en efectivo.
  8. Ha solicitado varios créditos y tiene un buen historial crediticio. Al final solicita un crédito y  entra en mora
  9. Solicita préstamos de nómina para sus empleados pero no tiene el número de empleados que manifiesta
  10. Solicita un seguro de vida y después lo cancela sin importar la prima que se le cobre.
  11. Exagera las credenciales, antecedentes o capacidad financiera y recursos de un cliente en los informes escritos de Sofomes o Sofoles.
  12. Vive un estilo de vida suntuoso que no podría ser sostenido con su salario.
  13. Frecuentemente pasa por alto los controles internos, la autoridad establecida de control o elude la política de la Institución.
  14. Usa los recursos de la compañía en beneficio de intereses privados.
  15. Evita tomar vacaciones.

Es importante que en las empresas se detecten a quienes lavan dinero o colaboran para hacerlo no sólo por una cuestión moral, sino para prevenir problemas legales, desprestigio, riesgos operativos o de aumento en la cartera vencida o riesgos de concentración y virtualmente moratorias e insolvencia.
“Sofomes y Sofoles son entidades de alto riesgo, pero prácticamente en cualquier empresa pueden presentarse casos de blanqueamiento de capitales, incluso por el mismo personal de una firma de subastas de arte, por ejemplo”, finaliza  el Rector del Colegio Jurista.

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