La lactancia materna reduce en la madre del
recién nacido el riesgo de desarrollar osteoporosis, porque cada vez que
alimenta a su hijo al seno materno se fija el calcio en huesos, afirmó María
Guadalupe Carrillo Mares, del Servicio de Lactancia Materna del Hospital de la
Mujer.
En entrevista, comentó que se tiene la falsa
creencia de que la lactancia produce un desgaste óseo, por el contrario, la
paciente tiene menos posibilidad de osteoporosis, además le reduce el riesgo de
cualquier tipo de cáncer, sobre todo de mama y útero.
La leche materna contiene vitaminas,
minerales, grasas, azúcares y todos los nutrientes que requiere el recién
nacido para su óptimo desarrollo, incluso si es prematuro, además tiene una
sustancia llamada inmunoglobulina que fortalece el sistema inmune y si enferma,
los síntomas y el tiempo que tarda en recuperarse son menores.
Detalló que esta práctica también proporciona
beneficios afectivos, porque cada vez que el recién nacido come se fortalece el
vínculo madre-hijo, “es el momento del apapacho, de que la madre le platique,
lo toque y mime”.
Se evitan gastos innecesarios en chupones,
biberones y leche de fórmula, y cuando la madre tiene que salir no requiere
cargar ninguno de esos objetos.
Hay que realizarla de forma exclusiva hasta
los seis meses de edad del bebé, sin agua, té o cualquier otro líquido, después
debe complementarse con alimentos y suspenderse a los dos años de edad del
menor, etapa en la que se fortalecen sus defensas.
Para una buena calidad de leche materna,
recomendó a la madre desayunar, comer y cenar de forma balanceada, y entre cada
comida, un yogurt, una ración de fruta u otra colación.
Hay mitos alrededor de esta práctica, dijo,
uno de ellos es que con el paso del tiempo la leche materna pierde propiedades,
pero al provenir de la sangre, se mantienen todos los componentes nutricionales
desde el inicio hasta el final de la etapa.
También es falso que el bebé no se “llene con
esta leche”, es normal, indicó, que pidan de comer cada 20, 30 o 60 minutos,
porque este alimento es muy ligero y en cuanto llega al estómago del menor se
absorben los nutrientes.
Otros falsos mitos alrededor de la lactancia
materna es la flacidez de los senos, dolor de cabeza por esta práctica y anemia
en la madre.
La leche materna atraviesa por diferentes
etapas: la primera es el calostro, que dura siete días; luego la transicional,
durante otros siete días, y después la madura, que perdura hasta que se
suspende la lactancia. En cada periodo contiene la cantidad de nutrientes que
requiere el bebé según su edad.
La combinación de la lactancia con líquidos
como el té e incluso la leche de fórmula, antes de los seis meses del recién
nacido puede ocasionarle problemas de salud, como inflamación de los
intestinos, porque su organismo no está preparado ni maduro para recibir ese
tipo de sustancias.
Para producir leche materna sólo es necesaria
la buena alimentación y evitar la ingesta de café, chocolate, bebidas
alcohólicas y refrescos, sobre todo de cola, al ser estimulantes que impiden el
buen descanso del bebé.
A las mujeres que trabajan fuera del hogar
les recomendó que un mes antes de que regresen a trabajar, después de darle de
comer al bebé, se extraigan la leche restante de forma manual, no con tira leche
porque este aparato lastima el pezón y puede contaminar el alimento, guardarla.
Después de extraer la leche materna, dura ocho
horas a temperatura ambiente, 48 horas en refrigeración y tres meses congelada,
y hay que calentarla en baño maría, nunca a fuego directo ni en microondas
porque pierde sus propiedades nutricionales.

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