Por: Héctor Ramos
En los años 1600 de
nuestra era, China padeció diversos embates en todas las áreas que conforman la
vida de un país y al coincidir con la expansión del imperio español, fue la
conquista de tipo religioso de los Jesuitas la que prohibió la práctica de la
medicina tradicional china.
“Durante la conquista
prohibieron que se pusieran agujas en alguna parte del cuerpo para lograr
sanación porque eso se consideraba esotérico e inclusive pagano y no propio de
Dios”, comentó a BRAKE OVER el doctor Tomás Alcocer, Director del Instituto
"Alcocer" Medicina Tradicional China y Acupuntura.
Agregó que la
prohibición de la acupuntura fue durante la dinastía Ming y que llegó a tal
extremo que el hospital que estaba a un costado del palacio imperial quedó
inutilizado durante largo tiempo. Esto provocó un bloqueo enorme para el
desarrollo histórico y científico de la medicina tradicional china, pues al no
practicarse se perdieron conceptos que posteriormente dificultaron su
comprensión.
Doscientos años
después, en 1846, la terapéutica oriental milenaria, tuvo otro desazón
importante cuando China e Inglaterra se confrontan en la guerra del opio,
conflicto que facilitó la incursión y dominio de otros países como Francia,
Alemania, Japón y Estados Unidos, entre otros.
Tras casi cuatro
siglos de dominación y crisis, es en 1936 cuando el Presidente del Partido
Comunista de China, Mao Tse Tung, determina que la medicina tradicional es el
método ideal para sanar al pueblo chino. El resurgimiento cobra tal auge que en
1958 se hace la primer cirugía con anestesia de acupuntura estimulando el punto
cuatro de intestino grueso.
“Desafortunadamente tantos
años de prohibición y de tener el conocimiento guardado propiciaron que en las
facultades de medicina sólo se enseñara la técnica sin el fundamento. Ya ni
siquiera se sabía lo que era un canal de acupuntura, sólo se aprendían los
puntos y su aplicación pero hasta ahí”, dice el doctor Tomás Alcocer González.
Entre las preguntas
sin respuesta del médico-investigador mexicano y un compendio de documentos
perdidos en el tiempo, surge un libro hallado en una tumba en el año de 1973,
texto en chino antiguo que encomiendan traducir al doctor Tomás Alcocer y que
se titula “Los once vasos”, llamado también el libro de Ma Wang Dui.
“Al leer este
material me encuentro por primera vez con la descripción anatómica de los
canales de acupuntura, los cuales son recorridos vasculares cuyo flujo de
sangre se tiene que regularizar para la cura de las enfermedades”,
Es entonces cuando
por fin entro de lleno a “El libro
sagrado del dios amarillo de la medicina interna”, texto que refleja el
gran número de trabajos de disección que se tuvieron que haber hecho para
encontrar, identificar y documentar cada uno de los canales de acupuntura y del
sistema nervioso central.
Fue en la década de
los noventas cuando Tomás Alcocer González comenzó la traducción literal de los
escritos sagrados del libro del dios amarillo, pues ya existían traducciones al
francés, alemán, inglés e inclusive al español pero como habían sido hechas por
religiosos no respetaban el sentido real de su contenido.
Siga leyendo: http://www.brakeover.net/2013/02/mente-sana-en-cuerpo-sano.html
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