Se plantean muchos y diversos retos y responsabilidades
para educadoras y educadores. En el marco de la igualdad entre mujeres y
hombres, por ejemplo, es indispensable su contribución en la eliminación de
estereotipos y de acciones que promuevan la discriminación, desigualdad y
violencia en el ámbito escolar. El
intercambio de ideas y saberes entre educadoras(es) y sus educandas(os) nutre a
ambas partes y propicia sociedades críticas, propositivas e incluyentes.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación
Pública, en el ciclo escolar 2011- 2012, dentro del sistema educativo nacional
escolarizado, un millón 842 mil 896 docentes contribuyeron en la formación de
34 millones 821 mil 326 estudiantes (17,491,124 hombres y 17,330,202 mujeres).
El 64.39 por ciento del personal docente se concentra en
la educación básica (preescolar, primaria y secundaria), el 15.51 por ciento en
la educación media superior (profesional técnico y bachillerato), el 17.84 por
ciento en la superior (técnico superior, licenciatura y posgrado), y el 2.23
por ciento en la capacitación para el trabajo.
El papel de las mujeres en el sector educativo es de gran
importancia en la vida del alumnado, ya que tienen que combinar su rol de
maestras con el de madres de familia e incluso de psicólogas.
El Instituto Nacional de las Mujeres reconoce y celebra
en este día a las maestras y maestros que, desde el ámbito urbano y rural, en
los diferentes niveles de estudio y sus sistemas, y con las particularidades
que se presentan en un país tan diverso como el nuestro, dedican su trabajo y
esfuerzo diario al alumnado.
Desde hace 95 años en México, el 15 de mayo conmemoramos
a maestras y maestros. Su día fue celebrado por primera vez en 1918, mediante
decreto firmado por el presidente Venustiano Carranza.

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